El fin de Roe vs Wade: el triunfo de la verdad
El viernes pasado fue un día de alegría. Como un destello entre tanta locura, triunfó la verdad. Esa verdad que está puesta entre paréntesis permanentemente en favor de derechos, autopercepciones y caprichos minoritarios. Esa verdad que molesta, que cuestiona y que interpela. Esa verdad que es un obstáculo para quienes sólo piensan en enriquecerse hasta convertirse en los dueños del mundo. Porque todos sabemos que el aborto es, ante todo, un gran negocio concentrado en redes de clínicas abortistas que, con sedes a lo largo y a lo ancho del planeta, facturan miles de millones de dólares al año. Y el secreto mejor guardado del negocio es instalar de todas las maneras posibles y contra toda la evidencia científica, que el feto no es una vida humana.
Pero ellos saben que esta verdad es más poderosa. Por eso buscan ocultarla, ridiculizarla, travestirla, hacerla pasar por antiderechos o enemiga de las mujeres. La niegan, pero por más que se esfuercen, no pueden hacerla desaparecer. Ella sigue ahí, firme y vigente para todos aquellos que quieran descubrirla, aceptarla y asumirla. La verdad está ahí, afuera de nosotros mismos, en la esencia de cada cosa. Para poseerla tenemos que adecuar nuestra inteligencia a esa realidad, es decir, ser dóciles a lo que las cosas son. Por eso la realidad es tan poderosa, porque ella es ese límite que muchos no soportan.
El viernes pasado se impuso la realidad: con la anulación de la sentencia de Roe vs Wade, la verdad y la vida triunfan.
Para quienes hace años trabajamos defendiendo estos valores contra la corriente, este hecho significa una bocanada de aire fresco, una confirmación de que no todo está perdido y que la batalla que seguro se pierde es las que nunca se pelea. Pero también nos obliga a renovar el compromiso y el esfuerzo; a recuperar la unión y el empuje del movimiento pro vida, cuyo auge vivimos en 2018 y que se vio fuertemente dañado con la sanción de la ley de aborto aquel nefasto 29 de diciembre de 2020. Hoy esa ola celeste se vuelve a despertar, se vuelve a levantar: si anularon Roe vs Wade ¿por qué no podremos derogar la ley 27610? Esa es nuestra meta y para alcanzarla seguiremos dando la pelea: la pelea contra la pobreza, la falta de educación y de oportunidades. Estamos convencidos que la defensa de la vida supone una mirada integral y superadora. Justo lo contrario que el aborto que es la política pública del fracaso. No genera puestos de trabajo, no devuelve a los chicos a la escuela, no devuelve la dignidad perdida ni genera independencia. En otras palabras, el aborto no resuelve nada. E la política pública que le da la espalda a la realidad, sentada atrás de un escritorio, en la comodidad de un despacho, usando frases que suenan bien para camuflar un objetivo aberrante: eliminar a los más indefensos.
Pueden llenarse la boca hablando de “ampliación de derechos”, de “interrupción del embarazo”, de fenómeno, de bolsa de células o de cuanto eufemismo se les ocurra. Eso no va a modificar la realidad, y la realidad es que lo que hay en el vientre de una mujer, desde el instante de la concepción es un ser humano, tan digno, tan único e irrepetible, tan sujeto de derecho como cualquiera de nosotros. Y esa realidad ha vuelto a triunfar.
Presidente de Asociación Civil Concordia