El efecto Cristina reanima al Gobierno, pese a las encuestas negativas
La contundente reacción colectiva que desató la controvertida decisión de la Corte Suprema que había puesto en duda el inicio del primer juicio oral contra Cristina Kirchner y el dato de una inflación menor a la esperada en abril reanimaron al presidente Mauricio Macri y a las principales espadas del Pro .
El basamento de la estrategia electoral del macrismo es enfrentar a una Cristina Kirchner suficientemente poderosa como para bloquear y demorar la renovación del Partido Justicialista , pero necesariamente débil para volver a la presidencia de la Nación por el elevado rechazo que provoca en casi seis de cada diez argentinos.
La preocupación que atraviesa a la coalición Cambiemos es que el porcentaje de ciudadanos con imagen negativa de Macri hoy supera en todas las encuestas al de quienes detestan a la expresidenta.
El último sondeo de Isonomía que se ha conocido da cuenta de esa realidad. Según este relevamiento concluido el 3 de mayo entre 2358 personas, la imagen negativa de Macri alcanza al 62% de los consultados, mientras que su percepción positiva es del 37%. Los números de Cristina Kirchner son algo mejores: el 57% tiene una opinión negativa de ella, en tanto que el 43% la juzga positivamente.
En otras palabras, la relación entre imagen positiva/negativa de la exmandataria es de -14 puntos y la del Presidente es de -25 puntos, según la encuestadora más consultada por el propio Gobierno.
Otros estudios de opinión pública también dan cuenta del difícil momento por el que atraviesa Macri. Según datos correspondientes a abril de la medición que mensualmente realizan las consultoras D’Alessio Irol y Berensztein, cuando se les preguntó a los 1020 encuestados cómo evaluaban la situación económica del país hoy respecto del año pasado, apenas el 9% dijo que la veía mejor, mientras que el 89% la consideró peor. Y cuando fueron interrogados por la situación dentro de un año, el 36% opinó que estaríamos mejor y el 54% que llegaríamos peor.
Un dato interesante de este último sondeo es que si se consideran exclusivamente las opiniones de los votantes de Macri en el ballottage de 2015 en el que venció a Daniel Scioli , el 56% tiene expectativas de que la situación será mejor dentro de un año, en tanto que el 34% cree que estará peor.
En este 34% de votantes de Macri en 2015 radica el quid de la cuestión para la coalición gobernante. Cómo recuperar la confianza de ese sector, que mayoritariamente se ubica en la clase media y media baja del electorado, es una de las mayores inquietudes que surgen tras los focus groups del Gobierno.
En el Gobierno se cree que, bajando la inflación a niveles "razonables" desde el tercer trimestre del año -si se pueden considerar razonables niveles en torno del 2% mensual- y estabilizando relativamente la cotización del dólar , el humor de esa parte del electorado que fue clave en aquel ballottage de 2015 podría mejorar. Junto a eso, los funcionarios de la Casa Rosada esperan que la exposición de Cristina Kirchner y de algunos de sus más impresentables seguidores ayuden a que el miedo al pasado sea mayor que el desencanto del presente.
Las posibilidad de ver a Cristina sentada en el banquillo de los acusados junto a Lázaro Báez y José López , los recientes ataques de militantes kirchneristas a la periodista de TN Maru Duffard en la Feria del Libro, las declaraciones de intelectuales K llamando a suprimir la Justicia como poder del Estado, los juicios de Alberto Fernández que sonaron a una amenaza contra algunos jueces que investigan a la expresidenta y los coletazos de la reciente decisión de la Corte son imágenes que entusiasman al Gobierno. ¿Lo ayudarán en su batalla electoral contra el kirchnerismo? ¿O apenas servirán para consolidar un voto antikirchnerista que Macri ya tiene dentro del aproximadamente 30% que le asignan hoy las encuestas de intención de voto?
Todo es posible. Pero nada de eso será suficiente si el Gobierno no supera el desafío de persuadir al electorado sobre los eventuales beneficios que, en términos de calidad de vida, supondría cumplir con la meta del déficit cero, en una sociedad tristemente inoculada por la cultura populista. Como decía el expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, "gobernar es explicar".