El desafío demográfico de la Argentina: ser rica antes de ser vieja
La población argentina está transitando un período de 30 años denominado "ventana de oportunidad demográfica", durante el cual se incrementa la proporción de la población en edad de trabajar, generando una mayor capacidad potencial de ahorro. El desafío para la sociedad consiste en generar las condiciones, tanto desde el mercado laboral como desde el sistema financiero e institucional, que permitan hacer efectivo este potencial mayor nivel de ahorro durante los próximos treinta años, y aprovecharlo para lograr un incremento de la inversión en capital físico y humano.
La transición demográfica por el que se encuentra atravesando Argentina genera tanto de oportunidades como desafíos en materia económica y social. Argentina es aún un país joven en el cual la población en edad de trabajar representa la mayor proporción de su población total. La dinámica en la tasa de fecundidad y mortalidad implican un gradual envejecimiento de la población, con implicancias en varias dimensiones de la economía, el sistema de protección social, las políticas públicas y la sociedad en general.
En treinta años el envejecimiento poblacional tendrá un impacto significativo no sólo sobre el nivel de gasto público en Argentina, sino también sobre su capacidad para sostener el crecimiento económico. Es por ello que hay que establecer mecanismos estables que conecten el ahorro con la inversión, para llegar a la etapa de envejecimiento de la población con una mejor dotación de capital por trabajador, favoreciendo el aumento de la productividad y por tanto del producto del país. Por eso, el desafío para la sociedad argentina consiste en hacerse rica antes de hacerse vieja, acumulando capital humano y físico que permita mantenerse en una senda de crecimiento sostenido. Sin embargo, existen importantes desafíos para lograr este objetivo. El desempeño del sistema educativo, del sistema previsional, del mercado de trabajo, las finanzas públicas y las decisiones de priorización del gasto, así como el funcionamiento del sistema financiero para incentivar el ahorro y actuar como enlace entre éste y la inversión, son temas que deben ser analizados y debatidos con una perspectiva de largo plazo pensando en las generaciones futuras.
En un libro reciente (Los años no vienen solos) discutimos estas oportunidades y desafíos que la transición demográfica plantea a la economía argentina, a sus sectores sociales más importantes tales como el sistema de salud, de educación y de protección social, y los potenciales trade-offs en materia fiscal que deberían afrontarse. El estudio sugiere que si bien Argentina avanza sobre su transición demográfica, recién comienza a disfrutar de su ventana de oportunidad y ello constituye una gran ocasión para lograr una acumulación de capital y crecimiento económico futuro. Pasada la ventana de oportunidad, el envejecimiento poblacional tendría un significativo impacto sobre el nivel de gasto, en especial el realizado por el sistema de protección social.
En Argentina, la población adulta mayor de 65 años pasará del 10,4% actual, al 19,3% en 2050 y el 24,7% en 2100, en un claro proceso de convergencia con los países de Europa. En este contexto, el gasto del sistema de pensiones pasará de representar el 9% del PBI al 11% en 2030 y 15,5% en 2050, lo cual implica un claro desafío para las generaciones futuras. Algo similar, pero en menor magnitud, ocurriría con el gasto destinado al sector salud, el cual pasará del 6,3% del PIB a aproximadamente el 7% en 2050. En relación al sistema educativo, Argentina enfrentará una buena oportunidad para incrementar la inversión por estudiante utilizando el mismo nivel de recursos que destina actualmente (en términos del PIB), dado que se estaría reduciendo la proporción de niños y jóvenes en la sociedad.
Ello implica un claro desafío desde el punto de vista de la política fiscal, en tanto de no mediar reformas de largo plazo, la transición demográfica presionaría sobre la reasignación de recursos fiscales entre los sectores sociales. Finalmente, el envejecimiento poblacional plantea inquietudes referidas al sostenimiento de la tasa de crecimiento económico con una población en edad de trabajar más reducida. El aprovechamiento de la actual ventana de oportunidades, incrementando el ahorro que permita financiar la acumulación de capital y de ese modo aumentar la productividad futura de la fuerza de trabajo constituye el principal desafío para la economía argentina.
Escrito en coautoría con Michele Gragnolati, Rafael Dorfman e Ignacio Apella, economistas del Banco Mundial
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Sara Troiano