El desafío de enseñar a pensar
Luis y Lucila miran figuras en el pizarrón. La maestra les pregunta: "¿Qué ven?". Luis le contesta que ve objetos, Lucila le dice que ella ve cuadrados. ¿Les muestran cosas distintas? ¿Es distinto lo que tienen delante de sus ojos? Física y perceptivamente ven lo mismo, pero a Lucila la idea de cuadrado que tiene en su cabeza le ha activado la percepción; ve cuadrados porque ha construido la idea, el concepto de cuadrado que tiene en su mente se ilumina cuando ve figuras que tienen los cuatro lados iguales. Pero Luis no los ve.
La diferencia entre saber o no lo que es un cuadrado pasa por tener una idea que permita reunir distintas figuras dentro de dicho concepto. En la realidad no hay cuadrados geométricos; es nuestra cabeza la que puede agrupar figuras cuadradas a la luz de un concepto que hemos acordado, aprendido. La construcción de dichos conceptos nos modifica la percepción; entendemos el mundo de otro modo a partir de reconocer y conceptualizar los objetos que podemos ver. Quien no ha podido construir el concepto ve formas distintas, líneas diferentes; pero no contar con dicha idea no le permite reunir aquellas que tienen formas cuadradas.
De esto se trata el aprendizaje escolar: de construir conceptos e ideas que permitan a los chicos pensar la realidad, incorporar herramientas para "ver el mundo" de otro modo. Las pruebas Aprender de lengua han mostrado alguna mejora de los alumnos, bienvenida sea, un punto para alegrarnos, para empezar a trabajar. Pareciera que la motivación de docentes y chicos ha hecho efecto. Ninguna mejora en matemática, todavía, allí estamos complicados. Para tener resultados distintos debemos hacer algo diferente, debemos enseñar de otro modo, dentro y fuera de la escuela.
En primer lugar, un ministerio que evalúa y nos devuelve resultados es un aporte muy importante para el sistema educativo; podríamos mejorar un poco los informes, pero tenerlos es un logro fundamental. El informe nos dice que se han reducido las diferencias por género, por nivel socioeconómico entre chicos dentro de una misma escuela; si se mantienen estos resultados hacia adelante es una muy buena tendencia. Ahora viene la etapa de trabajar y apoyar a los directores y docentes, puntualizar las dificultades de los chicos para ver sobre qué trabajar y capacitar a los docentes para que lo hagan.
Vamos a centrarnos en la escuela fundamentalmente, pero también en el contexto, colaborando, apoyando a docentes y directores, trabajando e incentivando a los chicos. Los chicos deben leer, comprender lo que leen, pensar los significados con distinto tipo de textos y en diferentes contextos. Valorar la escuela y apoyarla es intervenir sobre el apoyo al aprendizaje de los chicos. Todos los chicos pueden, deben saber que confiamos en ellos; creerlo, intentarlo y lograrlo. Si la escuela trabaja como debe, más escuela es mayor desarrollo de esas herramientas básicas, las que permiten aprender a aprender. Desde afuera tenemos que terminar con las discusiones que interrumpen el funcionamiento de la escuela, que hacen faltar a los docentes, a los chicos, que interrumpen su cotidianeidad.
¿Por qué las casas hacen la diferencia en el aprendizaje? Porque allí ocurre mucha de la experiencia de los chicos, en diálogo con los padres, los abuelos, los vecinos. También allí los chicos van construyendo ideas sobre el mundo que los rodea. Podemos esperar otros resultados si hacemos otras cosas, en las escuelas y en casa. Necesitamos que los chicos avancen, que piensen algunas realidades comunes y las puedan incorporar. Que cuenten con herramientas que les permitan entenderlas, pensar nuevas ideas.
Aprender es un proyecto desafiante y muy interesante, y ahora que vienen las elecciones, demandar una mejor escuela es un gran reclamo de justicia. Las pruebas Aprender son un aporte fundamental. Nos hablan de una mejora en los modos de leer y comunicarnos y de un estancamiento, aún, en la resolución de situaciones matemáticas. El tema no es para lamentarse o alegrarse; se trata de contar con datos para ayudar a los chicos a mejorar, a saber en qué esforzarse y hacerlo. Los chicos pueden; necesitamos que "vean" más cosas, que reconozcan el mundo a partir de ideas construidas, que entiendan más realidades. Nuestro desafío es apoyarlos.
Director de la escuela de Gestión Educativa / Eseade. Coordinador de Educación del Frente Renovador