El derecho frente a la pandemia
La excepcional situación que atraviesa toda la humanidad, en la aldea global que habitamos, nos sacude y conmueve. El maligno virus jaquea y amenaza no solo la salud, sino la normalidad de nuestras condiciones de vida. Si el derecho sirve para organizar y regular la convivencia social, está claro que debe también proporcionar soluciones para procurar superar los graves problemas que resultan de estas delicadas circunstancias.
Dicho desafìo se nos presenta de una manera dual. De un lado, las tareas que debemos llevar adelante desde nuestro rol de abogados estatales y servidores públicos. Del otro, el papel que deben cumplir los diversos poderes e instituciones en una sociedad democrática y las reflexiones que nos genera este nuevo escenario que implicará, seguramente, una modificación de paradigmas jurídicos y políticos.
Desde el inicio del período de aislamiento obligatorio nuestra diaria faena en la Procuración General se vine desarrollando sustancialmente de manera virtual, gracias a los sistemas que nos permiten el trabajo a distancia. La actividad judicial se ha visto disminuida en virtud de la feria decretada, pero de cualquier modo requiere de respuesta y atención en las causas de urgencia de variada índole que se plantean, principalmente a través de la vía del amparo. El regreso de argentinos provenientes del exterior tuvo también sus derivaciones en los tribunales, como el caso de la causa penal abierta por el caso del pasajero de Buquebus (donde asumimos el rol de querellantes y se ha dictado su procesamiento) y los rechazos in limine de varias acciones de habeas corpus interpuestas por quienes se consideraban detenidos en forma ilegal y arbitraria cuando fueron alojados en hoteles para cumplir la cuarentena.
Intervenimos también cuando somos llamados para brindar asesoramiento legal en los procesos de compras y contrataciones que la emergencia demanda. Como integrantes de un equipo de gobierno procuramos en algunos casos sumar nuestra opinión sobre la normativa que proyecta dictarse, evitando llegado el caso alentar conflictos judiciales cuando entendemos no existen razones fundadas para ello. Como servidores públicos colaboramos como voluntarios en la atención administrativa de los hoteles que alojan para su aislamiento a los viajeros recién arribados.
Pero más allá del cumplimiento de las funciones a nuestro cargo en estas intensas jornadas, no podemos soslayar compartir algunas de las múltiples reflexiones que esta emergencia va suscitando. Aunque el acrecentamiento de las atribuciones del poder administrador resultan en este caso justificadas, es necesario y saludable que, dejando de lado excusas y dilaciones, el Congreso Nacional cumpla su misión constitucional para preservar un mejor equilibrio de poderes propio del sistema republicano. Los recursos informáticos y tecnológicos posibilitan también que el Poder Judicial pueda avanzar hacia un funcionamiento más pleno. Si la consigna del momento es cuidarnos entre todos, es preciso que el más alto tribunal de justicia de la provincia de Buenos Aires pueda tratar de remediar lo antes posible la irresponsable e injustificada liberación masiva de detenidos que pone en riesgo la tranquilidad y seguridad pública.
Cuando recobremos la normalidad, el vendaval de la pandemia habrá dejado severos y generalizados daños en toda la economía y en el tráfico comercial y jurídico. Para hacer frente a la reconstrucción deberemos apelar a la regla del sacrificio compartido antes que a la tentación individualista del "sálvese quien pueda". Y pese a ciertas duras y claras manifestaciones en contrario, sería deseable que frente a la globalidad de la crisis termine primando el esfuerzo concertado y solidario de la comunidad internacional antes que la dura aplicación de la regla de la soberanía nacional.
Tenemos todavía más preguntas que respuestas, todas ellas ciertamente inquietantes. En cualquier caso, debemos siempre recordar que aun en las situaciones de emergencia, frente a las justificaciones de un derecho de necesidad cabe reivindicar, al propio tiempo, la necesidad del derecho.
Procurador General de la Ciudad de Buenos Aires