El derecho colectivo a recordar, en debate
Mientras Europa discute normas más duras sobre la privacidad en Internet, muchos proponen limitar el “derecho al olvido” para proteger registros valiosos
SERRAVAL, Francia.-Mientras una propuesta europea para fortalecer las defensas de la privacidad digital enfrenta un lobby intenso por parte de Silicon Valley y otros grupos poderosos en Bruselas, un grupo poco conocido pero comprometido se ha sumado a la campaña para que los datos personales sigan inundado la red.
Una de las medidas de la Unión Europea otorgaría a los usuarios de Internet el "derecho al olvido", permitiéndoles borrar referencias que los perjudiquen en motores de búsqueda o fotos de las redes sociales. Pero un grupo de archivistas franceses, cuyo trabajo es mantener los registros de la sociedad, pregunta: ¿qué hay de nuestro derecho colectivo a guardar registro incluso de cosas que otros preferirían olvidar?
Los archivistas y su contraofensiva pueden parecer desubicados mientras crece la preocupación por las denuncias de espionaje norteamericano en todo el mundo. Pero los archivistas dicen que el "derecho al olvido" podría complicar la recolección y digitalización de documentos públicos mundanos, como certificados de nacimiento y muerte, transacciones inmobiliarias y cosas por el estilo, que conforman un primer borrador de la historia.
"El correo electrónico, Facebook, Twitter: ésta es la correspondencia del siglo XXI", dijo Jean-Philippe Legois, presidente de la Asociación de Archivistas Franceses, que tiene alrededor de 17.000 miembros. "Si queremos entender la sociedad de hoy en el futuro, tenemos que conservar ciertos rastros."
El grupo representa un amplio conjunto de profesionales especializados en preservar y catalogar documentos de instituciones tan diversas como intendencias o museos. Aún así, los partidarios de la campaña francesa reconocen la creciente preocupación por la privacidad digital, luego de que se revelara el amplio proyecto de espionaje de Estados Unidos para obtener datos de compañías de Internet con la excusa de la seguridad.
Para tratar de persuadir a los legisladores de la Unión Europea de que eliminen o hagan menos rígidas las normas sobre privacidad digital, los activistas franceses presentaron al Parlamento Europeo un petitorio, que fue enviado a sus colegas en otros países y que recibió casi 50.000 firmas.
Sin embargo, los archivistas saben que su influencia es limitada, dado que el Parlamento está bajo el lobby de una miríada de compañías de Internet, gobiernos y otras organizaciones, que han presentado alrededor de 4000 propuestas de cambio al proyecto de ley para los 27 países miembros de la Unión Europea. Este mes, varias propuestas fueron modificadas para hacerlas menos severas, incluyendo el plan de requerir a las compañías que obtengan consentimiento "explícito" de los usuarios para recoger y procesar sus datos, aunque las revelaciones sobre el espionaje de Estados Unidos podrían renovar la presión por normas más duras.
Búsqueda de acuerdos
El "derecho al olvido" es uno de los ítems más contenciosos. La Comisión Europea ha obtenido el apoyo de organizaciones de consumidores y defensores de la privacidad, pero los archivistas han recibido respaldo de otros profesionales europeos que dependen del registro de datos, incluyendo especialistas en genealogía y profesores de historia.
Los partidarios del "derecho al olvido" dicen que no es realista esperar que compañías de Internet como Google y Facebook, que recogen cantidades inmensas de datos sobre sus usuarios para orientar publicidad hacia ellos, incorporen resguardos sin una normativa más estricta.
Los legisladores de la Unión Europea quieren establecer dos normas de privacidad digitales distintas, pero relacionadas entre sí. Una de ellas garantizaría a los usuarios de Internet el derecho a eliminar imágenes, escritos y otros datos en redes sociales y otros foros online . En teoría esto ya está permitido, pero los funcionarios dicen que la eliminación puede ser complicada y el material borrado a menudo sigue estando en motores de búsqueda y en otras partes de la Red.
Según la propuesta, los motores de búsqueda tendrían que eliminar el material inmediatamente. Las compañías de Internet se resisten. Dicen que están a favor de dar a la gente control del material que ha colocado por sí misma, pero se oponen a permitir que los usuarios de Internet exijan que se elimine información que ha sido colocada por otros, incluyendo documentos oficiales.
El principio del "derecho al olvido" está a prueba bajo las leyes existentes en España, donde el gobierno ha ordenado a Google eliminar referencias negativas de docenas de individuos que presentaron quejas ante el ente español de protección de datos. Google se ha negado, insistiendo en que sólo los editores o la justicia, no individuos o motores de búsqueda, deben tener el poder de eliminar información, suponiendo que haya sido publicada legalmente.
Los partidarios del "derecho al olvido" dicen que se necesitan normas diferentes en el ciberespacio porque la información es mucho más fácil de obtener online que en papel. Jan-Philipp Albrecht, legislador alemán del Parlamento Europeo, dijo que está trabajando en una solución de compromiso que protegería el uso de datos de interés público por los archivistas, pero dando más control a los individuos. "Entiendo completamente que esta gente está preocupada por el uso de datos de archivo para propósitos históricos", agregó. "Pero esta campaña es un poco exagerada y engañosa", dijo. Los legisladores dicen que esperan terminar el debate y las consultas el año entrante.
Legois, que es archivista municipal en Sevran, un suburbio de París, dijo que entiende las preocupaciones por el uso de la información personal por parte de Google y Facebook y empresas similares, pero sostiene que hay soluciones distintas de la eliminación de los datos. Para ciertos tipos de registros, se podría restringir el acceso del público y que los archivistas actúen como guardianes.
Y citó al filósofo alemán Walter Benjamin: "Es más arduo honrar la historia de los sin nombre que la de los famosos. La reconstrucción histórica está dedicada al recuerdo de los sin nombre".
Traducción de Gabriel Zadunaisky