El caso del rico harapiento
Alguien le pregunta a Adam Sandler cómo definiría su estética. Responde: “Es la de un hombre que abrió una maleta y se puso encima lo primero que encontró”. El actor es parte de una nueva generación de ricos, famosos e influencers que se caracterizan por su vestimenta estrambótica y aparentemente descuidada, aunque todo desorden no sea más que un orden de otra naturaleza.
Se lo llama scumbro, mezcla de “scum” (escoria) con “bro” (hermano). El scumbro Justin Bieber viste remera blanca con capucha, crocs, bermudas floreadas y gorra rosa. En la misma lista podemos incluir al actor Tom Holland y al músico Machine Gun Kelly.
Vestirse como scumbro es, además, hacer una declaración de poder. “Contra la máscara del chico normal, obligado por sus circunstancias a ofrecer siempre su perfil más pulcro, no hay señal más atractiva de un cambio de estatus como poder mostrar poder vestido con harapos”, sostiene el crítico de moda Pedro Mansilla. Pero aunque el rico se vista de andrajos, rico queda.ß
Algo más...
Este estilo de vestimenta, con su fingida dejadez, fue iniciado hace ya un par de décadas por los poderosos de Silicon Valley, sujetos desgarbados y fuera de la moda que pasaron de nerds a megamillonarios sin solución de continuidad. El secreto es utilizar ropa cara con la actitud de pordiosero.ß