El capellán ateo de Harvard
La Universidad de Harvard se funda en 1630 bajo el lema de “La verdad para Cristo y la Iglesia”, porque fue creada para formar a los clérigos puritanos de Norteamérica. Pero pasaron casi 500 años y el lema se redujo a una sola palabra (“Veritas”, verdad). Y se convocó como jefe de capellanes de Harvard a un ateo que, además, se hizo famoso por escribir un libro que se llama “Bondad sin Dios”.
Este capellán de capellanes se llama Greg Epstein y proviene de una familia judía. Se define como no creyente, pero podría estar cómodo entre “herejes” famosos como Jesús, Spinoza o Freud. Epstein fue elegido por consenso unánime para coordinar las actividades universitarias de más de 40 capellanes de la universidad, que acompañan en el campus a los estudiantes cristianos, judíos, hindúes, budistas y de otras religiones.
“No recurrimos a un dios para obtener respuestas”, explica el jefe de capellanes. “Somos las respuestas del otro”. Su función allí es la de favorecer la comunicación y el encuentro entre los representantes de los diferentes credos. Quizás estemos ante un cambio en nuestro sistema de creencias: del monoteísmo al agnosticismo, y de allí a la vida en la diversidad. Dicen que donde los teólogos se pelean, los místicos se encuentran.
Además
Cuenta la anécdota que cuando a Bertrand Russell (filósofo y escéptico) le preguntaron que haría si llegaba a morirse y encontrarse con el propio Dios, su respuesta fue “le diría: no me diste evidencia suficiente”. En el otro extremo de la creencia, Borges confesó que adhería a ciertas ideas religiosas, pero no por lo verdaderas sino por lo bellas.