“El bastardo”: la extravagante biopic del intendente de Merlo
Gustavo Menéndez intentó desligarse esta semana de “El bastardo”, un filme que incursiona en el género biopic para relatar en una versión libérrima su llegada al cargo de intendente en Merlo tras desplazar de él a su ex jefe político, Raúl Othacehé. Aunque el ingenio del director Pablo Yotich hubiese apelado a un recurso menos burdo que denominar Méndez al personaje principal que él mismo interpreta, parece difícil que Menéndez pueda desentenderse de una obra que, sin dudas, parece un retrato en imágenes hecho a su medida.
Las locaciones del rodaje expresan una locuacidad mucho más verosímil que las criaturas de ficción imaginadas, en apariencias, con la participación de Menéndez. Por declaraciones previas de Yotich se sabe que el intendente fue una fuente de consulta para el guión que los personajes desarrollan en escenarios naturales; es decir, en el Municipio de Merlo. El estreno de “El bastardo” tendrá lugar dentro de sus límites políticos. Ocurrirá el 12 de mayo en el complejo Cinépolis de San Antonio de Padua, de acuerdo a la campaña de respaldo en la vía pública.
No es la primera vez que Yotich y Menéndez comparten una experiencia de colaboración creativa. En uso de licencia como intendente desde que fue designado por Axel Kicillof titular del grupo de empresas de servicios del Banco de la Provincia de Buenos Aires (BAPRO), Menéndez tuvo su debut cinematográfico con un “cameo” en “Huellas.” Una película donde Yotich aborda la violencia de género sobre la base de testimonios recogidos en Merlo. A Menéndez le toca un papel conocido. Un intendente que, ceñido al guión, rechaza que la figura central, de nuevo Yotich, golpee a su pareja.
El detalle desafortunado es que a poco tiempo del estreno, Yotich fue denunciado en una causa penal, aunque resultó sobreseído meses después. Aunque igual que Menéndez y el secretario de Cultura de Merlo, Julio Guiñazú, sigue investigado en otra causa por supuesta “malversación de fondos”, en la que también aparecen mencionados, entre otros, los actores Alejandro Fiore y Raúl Rizzo y que pone en foco la creación del Polo Audiovisual de Merlo en 2018. Un momento crucial en la relación entre Menéndez y Yotich.
El mismo año en el que Menéndez fundó el Polo Audiovisual, la productora de Yotich, “Che contenidos”, llegó a Merlo desde Marcos Paz buscando locaciones para dos filmes que habría comenzado a rodar casi en simultáneo: “Huellas” y “El bastardo.” La denuncia presentada en la Justicia de Morón por Jorge Schmidt no involucra el financiamiento del INCAA a la biopic, de la que participa un casting destacado de actores que tiene en común su reconocida adhesión al kirchnerismo.
Entre 2015 y 2019, Schmidt fue concejal del UNA de Sergio Massa que mantuvo una alianza con Othacehé hasta el 2017. Aunque el de Morón es uno de los departamentos judiciales donde el oficialismo ejerce mayor influencia, la estrecha relación del denunciante con Othacehé no puede explicar la parálisis sufrida por la causa en los dos últimos años; una situación de la que salió el 22 de marzo. El juez de Garantías N° 2, Jorge Rodríguez, se la requirió a la UFI N° 5 que conduce el fiscal Claudio Oviedo después que Schmidt pidió ser considerado particular damnificado.
A Oviedo no le habría resultado extraño que el Municipio de Merlo omita enviarle la documentación requerida para investigar el caso. Sobre todo en un aspecto sensible: determinar si, en efecto, Yotich y Fiore son o fueron empleados del Municipio de Merlo. En las redes circulan recibos que confirmarían esa situación pero cuya veracidad es incomprobable. Una firma dedicada a la búsqueda de antecedentes, Nosis, permitiría establecer que Yotich percibió ingresos hasta enero del 2021 y Fiore unos pocos meses del 2018.
Voceros de Menéndez aseguraron que Yotich es director del Polo Audiovisual donde se dictan cursos vinculados a la capacitación de distintas especialidades en la industria del cine. Pero rechazaron aportar un dato importante. La fecha desde la que ocupa esa oposición y la del inicio de esas actividades en la dependencia. Pero lo más llamativo que aportaron es que Yotich habría avanzado con la realización de “El bastardo” sin el consentimiento de Menéndez. En apariencias, opuesto a esa decisión.
Si la versión entregada por sus colaboradores es cierta, Menéndez encarnaría un caso inédito de promoción del disenso en búsqueda de un bienestar superior, sin reparar en el avasallamiento de cuestiones supuestamente íntimas. Yotich es miembro de su equipo de gobierno. El título del filme resulta una alusión indisociable de un hecho en la historia personal de Menéndez, aludida por Gerardo Romano, el intérprete de Othacehé. Menéndez reveló que hasta no hace muchos años fue hijo de un padre anónimo.
El gobierno bonaerense tomó distancia de la película, aunque reconoció tener noticias de ella. El tráiler promocional circula desde hace varias semanas en las redes. Es probable que las autoridades provinciales estén subestimando que Menéndez fue designado funcionario por Kicillof en febrero. El mismo mes que el intendente de Merlo presentó en la Corte bonaerense un recurso extraordinario para que se revoque la condena que pesa en su contra.
La condena es de dos años y seis meses de prisión en suspenso, más inhabilitación perpetua a ocupar cargos públicos, por el delito de defraudación al Estado. Es decir que su permanencia como titular del grupo BAPRO depende de que la Corte falle tal como espera Menéndez que lo haga. Una situación que tal vez no esperaba enfrentar en 2017 cuando su duda sobre la conveniencia de que Cristina Fernández de Kirchner fuera candidata a senadora cobró la forma de una virtual campaña. Ni tampoco en 2019, cuando su adhesión al presidente Alberto Fernández parecía inquebrantable. Algo que comenzó a cambiar en 2020 y se consolidó el año pasado con su acercamiento definitivo a Máximo Kirchner para alejarse de ese espacio. Algunos de sus antiguos compañeros de ruta no encuentran el modo de hacerlo. Menéndez no estuvo entre los convocados al acto de “institucionalización” del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires. Una gesta curiosa.
Sobre todo porque fue encabezada por el hijo de la vicepresidenta. Máximo logró reunir para la foto a Martin Insaurralde y Sergio Massa, de voluntades aparentemente irreconciliables. No solo por cualquier eventual recelo entre ellos. También por los reparos de Cristina. Fue ella la que habilitó el ingreso al gobierno bonaerense de los intendentes después de la derrota del Frente de Todos en las PASO.
Ausente en el acto, Menéndez forma parte de una anomalía imprescindible para alimentar lo que aparenta ser una fantasía: diferenciar la gestión provincial de la nacional. Sobre todo para deslindar responsabilidad en las medidas económicas. Andrés “El cuervo” Larroque había ejecutado días antes el ensayo principal de ese discurso en su condición de “ventrílocuo” de Cristina que le atribuyen los intendentes lejos de oídos indiscretos.
Un escenario donde la declamada unidad, no ya la nacional si no la del Frente de Todos, comienza a asemejarse a una quimera antes que a la utopía de Menéndez. Bajo esa denominación inauguró un Parque Nacional en Merlo dos meses antes que “Huellas” tenga allí lo que el Municipio presentó como un “estreno mundial.” Acaso una forma de establecer un curioso sentido de la pertenencia. Se crea o no, Merlo y su intendente forman parte de este mundo.