El arte de entrevistar a Charly García
La Maga, Noticias de cultura. Así se llamaba la revista en la que había empezado a colaborar mi viejo a fines de 1991. Yo estaba por cumplir 13 años y por su diseño excesivamente formal y por su manual de estilo (no se tuteaba a los entrevistados), pensaba que los periodistas que la hacían tenían caras serias, de intelectual, de enciclopedia.
Los editores de la sección Música eran Daniel Riera y Fernando Sánchez. Yo me imaginaba que eran señores formales, que vestían saco y corbata y fumaban pipa. Pero no. A Fernando lo conocí en mi casa, alguna mañana del verano de 1992. En esos tiempos todavía no existía el fax, así que Fernando era su propio cadete (ese había sido su trabajo en Ediciones de La Urraca). Como jugaba al paddle a tres cuadras de casa, después del partido pasaba a buscar la nota que mi viejo había tipeado en su máquina de escribir. Ahí descubrí que su editor era unos pocos años más grande que yo, que tenía pelo largo, que escuchaba rock (poco después sería el tecladista de Sometidos por Morgan), que tenía onda. Celebraba y atesoraba ese ratito de conversaciones triviales, que podían ser microlecciones de periodismo o de cultura pop. Yo quería ser como él.
A Daniel Riera lo conocí en el hall del teatro Opera, nos lo encontramos después de un concierto de Robben Ford, Lile Mays y el Mono Fontana. Me acuerdo que Daniel le comentó a mi viejo que le había gustado el show, pero que el baterista de Robben Ford le había resultado "demasiado blandito" para su oído rockero.
En ese entonces, Dany padecía de bigamia futbolera: era hincha de Independiente y de Lanús. Así que enseguida se generó una (doble) pica futbolera que incluía llamados anónimos los domingos a la noche y una apuesta medio perpetua por unas pizzas en El Cuartito. La primera la perdimos cuando el "Cuchillo" González clavó un zapatazo sobre el final y decretó el Lanús 1-Racing 0. El martes siguiente, Dany y un amigo nos esperaron luciendo sus gorritos del granate, y con los recortes de los diarios y la nota de El Gráfico tapizando la mesa de la pizzería. Allí compartimos otras noches memorables, con Claudio Gómez, su partenaire del Rojo. También hablábamos de música, de libros, de la vida. Menos en el fútbol, yo quería ser como él.
Dany tenía 21 y Fer 22.Firmaban infinidad de notas juntos. Los recuerdo como un tándem imbatible: Lennon y McCartney
Entonces, Dany tenía 21 y Fer 22 años. Firmaban infinidad de notas juntos. Los recuerdo como un tándem imbatible: Lennon y McCartney, Trillo y Altuna, Parker y Gillespie. Cualquier anécdota trivial que me contaba mi viejo de ellos me fascinaba. Años después, tuve el privilegio de compartir redacciones con los dos.
Fue por esos días que publicaron el artículo que inaugura el indispensable García, 15 años de entrevista con Charly (1992-2007), flamante lanzamiento de la editorial Vademécum, que comanda Roque Di Pietro. No es su primer libro juntos: a fines de 1994 presentaron Virus, una generación, con prólogo de Eduardo Berti. Además de mi puerta de entrada a la obra de Federico Moura, fue una iniciación a la investigación periodística.
Charly García ha dejado momentos imborrables en el imaginario de la televisión argentina, como cuando le rompió la hoja de preguntas a Susana Giménez o cuando se cruzó con Jorge Lanata a comienzos del nuevo milenio ("Yo creo que hiciste grandes cosas y que después te empezaste a copiar a vos, y que te das cuenta", le dijo el conductor de Día D, "Y yo pienso que vos sos un pelotudo", respondió Charly). Maestro de la repentización y filoso al extremo, Charly siempre fue un entrevistado lúcido, más allá de sus excesos. Otra prueba cabal es "Capitán Sensible & sus bombas de Nylon", la célebre entrevista de Claudio Kleiman para el Expreso Imaginario de 1982.
Pero probablemente las mejores entrevistas que ha dado Charly en su vida están incluidas en este libro. Fueron publicadas en dos partes en la revista Rolling Stone a mediados de 2002 y realizadas a lo largo de un año y medio, en más de una decena de encuentros espaciados, cada uno de ellos de más de dos horas de duración. Allí Charly repasa su vida y obra con una minuciosidad inédita. Fer y Dany lo conducen con admiración y rigor.
El libro incluye entrevistas conjuntas con su hijo, Migue, y con Mercedes Sosa; también una realizada por Fernando en colaboración con Mariano Lucano, jefe de arte de La Maga y fan de García como pocos; e incluye, también, una de las mejores crónicas que leí en mi vida, "De gira con Charly", firmada por Dany para la revista Soho, cuya lectura me deja como aquella película de Godard, sin aliento.
Más allá del interés que lógicamente generará entre los fanáticos de Charly y del rock argentino, García es un retrato construido a puro oficio, con textos ejemplares, que deberían ser de lectura obligatoria en cualquier escuela de periodismo. No se lo pierdan.