El año de los duendes haraganes
Paradoja de un año intenso: el término más votado por los lectores del Diccionario Oxford hace referencia al no hacer nada y se llama goblin mode (modo duende). Votado por el 93% de los concursantes, estar en este modo significa tener “un tipo de comportamiento que es descaradamente autoindulgente, vago, perezoso o egoísta de una manera que rechaza las normas y las expectativas sociales”.
Pensemos, por ejemplo, en el Norman Briski del film La fiaca: un duende nihilista y atorrante. No malvado, solo apasionado por la nada. Ponerse en modo duende es mostrarse como un sujeto de este tiempo, harto del hacer y deseoso de solo estar.
“Dado el año que hemos experimentado, el modo duende concuerda con todos los que nos sentimos sobrepasados”, explica Casper Grathwohl, del Diccionario Oxford.
El fin del mundo no llegará con una explosión sino por simple cansancio. Nos encontrará en pijama o en jogging, mirando series malas, con la pileta de la cocina cargada con los platos sin lavar de varios días. ß
Algo más...
El modo duende es, además, una reacción a la cultura del máximo rendimiento y la “búsqueda de la excelencia”, ese mundo de elfos de Papá Noel que viven para su trabajo y cantan felices mientras fabrican juguetes.
Duendes o elfos, ¿esa es la cuestión?