El alma del hombre y Alain Delon
Es un grande, ha sido un grande. Conviene tenerlo presente para recordar cómo es de fugaz el éxito
La mujer carecía de alma, según el concilio de Niza de 325 D.C.
En el Concilio de Trento (1545) se estableció que la hembra del ser humano sí tenía alma, pero después de una apretada votación. Quiere decir que, cuando los cristianos invadieron América (1492), todavía estimaban que la mujer no la tenía. Lo mismo que los indios y los negros.
A partir del siglo XX empezó a suponerse que quien carecía de alma era el hombre. Quiero decir, el varón, candidato a todas las maldades: la infidelidad, la droga, la violencia, la corrupción, el chantaje, la mafia.
Ciertas declaraciones recientes de Alain Delon nos invitan a creer que algunos hombres están dotados de espíritu y sentimientos. Incluso cuando son de derecha, como Delon.
Algunos hombres están dotados de espíritu y sentimientos. Incluso cuando son de derecha, como Delon
El periodismo y la historia concuerdan en que los franceses más influyentes del siglo XX fueron Charles De Gaulle y Alain, el varón al que ninguna mujer podía resistirse.
Alain fue hijo de dos cónyuges mal avenidos, Fabián y Edith, que se divorciaron apenas casados y dejaron a su hijo de 4 años en un hogar para huérfanos. El niño voló muy pronto y, a los 17 años, se enroló en la Marina para combatir en la antigua colonia francesa de Indochina, hoy día conocida como Vietnam.
Muy joven en París, solo, se buscó la vida, y el cine de su país lo coronó como el gran galán y sex symbol de la pecadora Francia. Bonito y canalla, un poco gangster y un poco príncipe, Delon fue el hombre soñado por millones de mujeres, a un nivel que sólo pueden equiparar Rodolfo Valentino, George Clooney y Brad Pitt.
Correcto actor pero, sobre todo, deseable galán, conoció la fama mundial con "Rocco y sus hermanos" (Luchino Visconti, 1960) y en su filmografía, sobre un total de 100 películas, aparecen directores como Joseph Losey, René Clément, Roman Polansky.
Formó sendas duplas de héroes con Lino Ventura, Jean-Paul Belmondo y Charles Bronson, tres "feos" que lo ayudaban a realzar su propia apostura.
Formó pareja con Romy Schneider (la Sissi del cine) Claudia Cardinale, Simone Signoret, Ann Margret y la bella libertina Mireille Darc.
Golpe de KO perfecto, en el momento justo, para un hombre que empezaba a ser viejo
Delon sentía inclinación por el mundo de la violencia, las noches de box, los negocios turbios, las cosas de hombres. Tal vez por eso se asoció a Carlos Monzón, el campeón argentino más famoso de todos los tiempos. Entre 1972 y 1974, fue empresario de los combates de Monzón con Jean Claude Bouttier y José "Mantequilla" Nápoles. En 1993, le tocaría visitarlo aquí, en la cárcel de Batán, Argentina, donde Monzón cumplía condena por el asesinato de Alicia Muñiz.
La mitología popular atribuye a Delon-Monzón mil aventuras sexuales de todo color.
En 1987, Delon conoció a Rosalie Van Breemen. El tenía ya 60 años, ella 25. Tal vez Alain interpretaba que esta etapa (con dos hijos preciosos) sería el reposo del guerrero, estableciendo el fin de todas las travesuras. Siendo un "winner" en los negocios, en el arte y en el sexo, la vida le regalaba este final glorioso. Envejecer al lado de una modelo rubia, sensual y de carácter dulce. Pero a los cinco años, sencillamente, Rosalie lo dejó. Golpe de KO perfecto, en el momento justo, para un hombre que empezaba a ser viejo.
Delon nunca pudo reponerse.
Hoy tiene 77 años y dice algunas cosas, desde su amargura, que a lo mejor lo consagran como candidato a poseer un alma.
"He perdido la pasión por el mundo que me rodea. Estoy todo el día haciendo nada, básicamente cerca de mis hijos y nietos, porque no me gustaría morir solo".
Príncipe y atorrante, niño bonito y hombre malo, Alain vive sus horas bajas y tal vez sus días finales
"No me agrada el mundo actual. He sido todo lo feliz que me resultó posible. Filmé con mujeres fascinantes como Katherine Hepburn, Ava Gardner, Laureen Bacall, aunque no con Marilyn Monroe, que murió a sus 36 años. Me habría encantado".
"El cine actual ha evolucionado en un sentido que no me gusta. Antes, te sentabas a ver cómo se besaban Ingrid Bergman y Cary Grant. Soñabas. Ahora nos han robado el sueño y ya nada me interesa".
En su momento, a pesar de sus vinculaciones con el hampa y la vida irregular, Delon se declaró partidario de la pena de muerte. Fue miembro del equipo de centroderecha de Charles De Gaulle, y los cineastas franceses de la nouvelle vague, todos de izquierda como Jean-Luc Godard y Francois Truffaut, no se lo perdonaron. "Alain Delon no pertenece a nuestro mundo", decían.
Príncipe y atorrante, niño bonito y hombre malo, Alain vive sus horas bajas y tal vez sus días finales. Es un grande, ha sido un grande. Conviene tenerlo presente para recordar cómo es de fugaz el éxito, y definitiva la derrota final.
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