Edgardo Antonio Vigo: la otra cara de la vanguardia
Triple reconocimiento. A la retrospectiva del Museo de Arte Moderno se suman en Fundación OSDE y en la nueva galería Urquiza otras dos muestras con obras del polifacético artista platense, fallecido en 1997
Por Marina Oybin
Artista singular, Edgardo Antonio Vigo (La Plata, 1928-1997) llevó adelante una búsqueda propia. Su obra invita a mirar de un modo distinto. Edgardo Antonio Vigo: Usina permanente de caos creativo. Obras 1953-1997, la gran retrospectiva con la que el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires celebra sus 60 años, incluye unas 400 piezas que pertenecen, en su mayoría, al Centro de Arte Experimental Vigo. Hay dibujos, grabados, máquinas inútiles, publicaciones, registros de señalamientos, producciones vinculadas al arte correo y a la poesía experimental.
La otra vanguardia
Si bien participó en muestras colectivas, Vigo se alejó del mainstream del arte. Artista de culto, marginal en la bibliografía histórica, transitó por los bordes del circuito académico e institucional y se animó a dislocar los dispositivos tradicionales. "Esta muestra sitúa otro episodio dentro de los años sesenta. Vigo es otra forma de leer el desarrollo de la vanguardia en la Argentina. El modo en que entendió la experimentación es muy diferente del de Marta Minujín, Rubén Santantonín o León Ferrari. Por su componente neodadá, su obra fue revulsiva, radical y al mismo tiempo humorística e irónica", dijo a LA NACION Jimena Ferreiro Pella, cocuradora de la muestra con Sofía Dourron.
Experimentación
Vigo buscó poner al espectador en el centro de la escena. Creador voraz, experimentó con los más variados soportes. Puso en circulación novedosas publicaciones artísticas, hizo ediciones de etiquetas que envió por correo con instructivos para que quien las recibiera creara su propia obra, distribuyó tarjetas postales con la consigna de que fueran intervenidas y devueltas al remitente. Muchas obras están ligadas, por el uso de sellos y de la máquina de escribir, a su trabajo en el Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires, donde cosía expedientes.
Arte correo
Considerado uno de los pioneros del arte correo en el Cono Sur, Vigo hizo postales, estampillas, grabados y publicaciones específicas para enviar a la red de arte correo. Hizo circular por todo el mundo una estampilla que creó con la inscripción "Set Free Palomo" (Liberen a Palomo), en recuerdo de su hijo Abel Luis "Palomo", secuestrado y desaparecido durante la dictadura militar en 1976.
Museo ambulante
Vigo creó el Museo de Xilografía, una institución ambulante: con una valijita en la que guardaba grabados suyos y de otros colegas, iba a clubes de barrio, escuelas y sindicatos donde él mismo colgaba las obras y daba charlas y clases alusivas.
Objetos inútiles
El artista construyó objetos inútiles, irónicos, duchampianos, como el Palanganómetro mecedor para críticos de arte (1963), un objeto burlesco, y la Bi-tri-cicleta (1960). Ambos están hechos con material de desecho y cuestionan de forma satírica la idea de progreso a través de la máquina.
Publicaciones
Sin pautar recorridos, Vigo invita al espectador a mirar de forma libre. Habilita incluso a armar y modificar la obra, como en las protopublicaciones con hojas intercambiables. En 1962 creó Diagonal Cero, revista experimental con foco en la difusión de la poesía y el pensamiento de artistas argentinos e internacionales, que distribuyó en nuestro país y en el exterior hasta 1968. WC (1958), con hojas intercambiables, sirvió como plataforma de difusión de obras. También editó las revistas DRKW (1960) y Hexágono'71 (1971-1975)
Poesía matemática
Vigo no fue un poeta en sentido tradicional. En su caso, el texto siempre estuvo acompañado de diferentes experiencias visuales, como sus Poemas matemáticos realizadoscon signos matemáticos.
Señalamientos
Por fuera del circuito institucionalizado del arte se pueden mencionar también sus señalamientos, obras de carácter efímero en las cuales puso el foco en la participación de la gente. Por ejemplo, su Señalamiento XI, Souvenir del dolor, recuerda a los fusilados en la Masacre de Trelew. En Manojo de semáforos, a través de medios gráficos y radiales, convocó a participar en un acto de contemplación en el cruce de las avenidas 1 y 60 de La Plata. En Un paseo visual a la plaza Rubén Darío creó un instructivo con postas e indicaciones simples (como "Colocarse dentro de la zona demarcada y hacer un giro sobre sí mismo en 360 grados, grabe en usted lo visto, saque sus conclusiones, en definitiva usted ha realizado un paseo visual a la plaza Rubén Darío"). En este señalamiento se repartieron folletos con un manifiesto contra la representación en el arte.
Por Marina Oybin
Alquimia poética en Fundación OSDE
Por Daniel Gigena
En la gran muestra Poéticas oblicuas. Modos de contraescritura y torsiones fonéticas en la poesía experimental (1956-2016) que se exhibe en Fundación OSDE, la obra del platense Edgardo Antonio Vigo ocupa un lugar central. Sus trabajos para la revista trimestral Diagonal Cero, que fundó y dirigió, sus poemas matemáticos y los objetos irónicos creados con madera y cartón, además de los "discos imposibles" editados en cartulina como singles, dan inicio al recorrido cronológico trazado por los curadores, Juan Carlos Romero y Fernando Davis. Vigo egresó como profesor de dibujo de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, viajó a Europa en 1953 y en Francia tuvo un encuentro decisivo con la obra de Jesús Rafael Soto. De regreso a su ciudad natal, comenzó a trabajar en sus máquinas inútiles: bicicletas con ruedas incapaces de rodar, relojes que daban de todo menos la hora, artefactos para buscar princesas. Fue uno de los artistas locales que mejor captó la energía libertaria y crítica del dadaísmo. Entre 1956 y 1960 Vigo había realizado sus primeras "poesías matemáticas", dibujos en tinta y collage en los que usó herramientas del dibujo técnico, sellos de goma y máquina de escribir. "En este conjunto de obras -dicen Romero y Davis-, la unidad del espacio de la página aparece tensionada por las relaciones visuales entre números, letras y signos algebraicos, en muchos casos asociados en insólitas fórmulas aritméticas y ecuaciones inexistentes, que refieren al sistema de codificación de las matemáticas." La alusión a la máquina está presente en varias poesías visuales de Vigo, como en Engranaje insólito patentado (1956) o Mi pequeño reloj dislocado (1958). Con esas "máquinas inútiles", además de plantear una crítica al imperio de la máquina durante la posguerra, utiliza una matriz industrial para la invención de artefactos poéticos. Bajo el disfraz de la función, en el arte de Vigo prolifera una alquimia poética irreverente y elegante. "Es posible interpretar las poesías matemáticas de Vigo como artefactos maquínico-visuales que articulan su operatividad crítica en una apropiación contraproductiva de los signos y gramáticas de la codificación matemática, interrumpiendo o desplazando su lógica para habilitar sentidos poéticos", concluyen Romero y Davis. Algunas de las primeras poesías matemáticas de Vigo fueron publicadas en 1956 en los programas del Cineclub de La Plata. En 1966, en el número 20 de Diagonal Cero, Vigo publicó una selección de tres poesías matemáticas impresas con clichés tipográficos. En la portada incluyó, además, una poesía matemática realizada en xilografía. La aparición de ese número de la revista coincidió con la formación de un grupo de poetas visuales, el Movimiento Diagonal Cero, que Vigo integró junto con otros artistas excepcionales como Jorge de Luján Gutiérrez, Omar Gancedo, Carlos Ginzburg y Luis Pazos, cuyos trabajos también se pueden ver en Poéticas oblicuas.
Verdadera presencia en Urquiza
Por Marina Oybin
En Urquiza, nueva galería y librería especializada en publicaciones de arte, en San Telmo, se presenta otro homenaje a Vigo. Fundición Vigo reúne obras provenientes de distintas colecciones privadas. Se exhiben cinco ejemplares de la revista Diagonal Cero, una selección de postales, un sello usado por el artista, serigrafías y una serie de piezas de arte correo entre las cuales se desataca una con la siguiente frase: "Mi presencia física anula la ausencia que es mi verdadera presencia".