Dos cálculos simples para organizar tus finanzas personales
Combinar las palabras “finanzas” y “cálculo” en un título no es lo más aconsejable: uno corre el riesgo de que muy poca gente se anime a leer la nota. Ocurre que la comodidad a la que estamos habituados genera un obstáculo que la mayoría prefiere no saltar.
Si una persona piensa que entender de finanzas es complicado, cuando se le habla de calcular, corre espantada a refugiarse en el celular. Siempre es más fácil mirar durante horas publicaciones en las redes que ponerse a pensar.
No obstante, vos llegaste hasta acá. Eso demuestra que tu interés por aprender puede más que la inercia del sistema que te lleva a una feliz y despreocupada ignorancia financiera.
Le asignás un valor al conocimiento, especialmente cuando se vincula con tu capital y tu tiempo.
En la columna de hoy, te voy a explicar de la manera más sencilla posible 2 cálculos para que organices tus finanzas personales. Lo mejor de todo es que los vas a poder aplicar apenas finalices la lectura.
Como acostumbro hacer en este espacio, me voy a apoyar en los 4 pilares que componen esta disciplina: Ingreso, Gasto, Ahorro e Inversión. En la columna de la semana pasada, nos concentramos en los conceptos de gasto e inversión y aprendimos a distinguir los activos que se aprecian con el tiempo de aquellos que se deprecian. Se trata de la puerta de entrada a los buenos negocios.
Hoy nos concentraremos en las ideas de ingreso y, nuevamente, gasto. ¿Querés leer también sobre ahorro? Te invito a repasar esta nota de fines de 2020 sobre el tema.
¡Comencemos con el plato del día!
Desmenuzando los ingresos
Es ingreso todo dinero que entra a tus bolsillos con cierta frecuencia, aunque esté poco tiempo en tu órbita porque deba salir de inmediato para pagar bienes, servicios o deudas.
Pero que todo dinero que entra sea ingreso no significa que exista una sola categoría de dinero, sino que lo podemos clasificar en 6 categorías distintas, tal como te cuento en la fábula del esquimal millonario.
Para simplificar este asunto, vamos dividir el Ingreso Total (IT) en dos categorías: Ingreso Activo (IA) e Ingreso Pasivo (IP), donde IT = IA + IP (tus ingresos totales son iguales a tus ingresos activos más tus ingresos pasivos).
¿A qué llamamos Ingreso Activo? A todo ingreso que requiera tu presencia en el lugar de trabajo o de manera remota. La regla es simple: si no trabajás, el ingreso no se produce.
El Ingreso Pasivo, por el contrario, se genera luego de una inversión de tiempo o dinero que se realiza por adelantado. Puede tratarse de inversiones financieras, estructuras automatizadas de servicios que se venden por Internet, bienes que se alquilan, etc. Tu presencia en el momento no es necesaria para generar ingresos. En esta nota, te cuento más sobre ingresos pasivos.
Hecha esta distinción, un paso importante consiste en conocer la ponderación de cada tipo de ingreso en el Ingreso Total. Para ello debemos dividir IA por IT (la cuenta sería IA/IT) y luego dividir IP/IT. De esta forma, sabremos con exactitud qué porcentaje del IT corresponde a cada ítem.
Vamos con un ejemplo:
IT = 95.000 pesos ---- IA = 82.000 pesos ---- IP = 13.000 pesos
82.000 (IA) / 95.000 (IT) = 0,86 y 13.000 (IP) / 95.000 (IA) = 0,14
En este caso, el 86% del ingreso total corresponde a ingresos activos y solo el 14% a ingresos pasivos, lo que significa que la mayoría de los ingresos los generamos sí y solo sí trabajamos en el momento y no con trabajo pasado que seguimos explotando.
Ante este dato, como meta tangible, mensurable y alcanzable podríamos proponernos para los próximos meses hacer que los IA bajen al 80% y los IP suban al 20% de la ponderación de IT para contar con más tiempo libre, lo que a su vez nos permitirá pensar y diseñar otras formas de generar IP.
Organizando tus gastos
Es gasto todo lo que sale de tus bolsillos para la compra de bienes o servicios que se consumen en el momento o con el tiempo, mientras que es inversión aquel gasto que genera un ahorro presente o futuro.
La idea en este punto es que puedas dividir Gastos Totales (GT) en Gastos Fijos (GF) y Gastos Variables (GV) para saber con exactitud en qué se te va el dinero todos los meses y puedas ajustar las tuercas para reducir los GT, de modo de generar excedentes (ahorros) que faciliten la inversión.
Básicamente, GF son todos los gastos mensuales que inevitablemente debés afrontar. Hablamos de la comida, los gastos en vivienda, el celular, el transporte, etc.
Por otro lado, GV son los gastos mensuales optativos, como esparcimiento, ropa, los denominados gastos hormiga, etc.
Vamos con otro ejemplo:
GT = 69.000 pesos ---- GF = 39.000 pesos ---- GV = 30.000 pesos
39.000 (GF) / 69.000 (GT) = 0,56 y 30.000 (GV) / 69.000 (GT) = 0,46.
El resultado nos indica que los GF representan el 56% de los GT, mientras que los GV tienen un 46% de ponderación en los GT. El objetivo entonces pasaría por bajar 10% los GV y 5% los GF (cuya reducción, por lo general, suele resultar más difícil) para alcanzar o mejorar la meta de ahorro.
Conclusión
Los cálculos que te propongo son realmente muy sencillos y su aplicación cotidiana tendrá seguramente efectos muy positivos en tus finanzas personales. Ignorarlos implica abrazar la anarquía financiera, donde manda la intuición y te vestís de bombero de tus propias finanzas: vivís apagando incendios.
Con temas unas veces más complejos y otras más sencillos, seguiremos proponiendo desde este espacio conceptos, ideas y estrategias para que construyas una economía doméstica cada vez más eficaz, al servicio de tu bienestar y tu tiempo.
Ahora quiero que me cuentes: ¿Qué resultados arrojan tus cálculos financieros? ¿Solo IA? ¿Algo de IP? ¿Y por el lado de los gastos? ¡Te leo!