Donald Trump emite algunas señales sobre el proceso de paz en Medio Oriente
Donald Trump está por completar primera la mitad de su mandato presidencial de cuatro años. En materia de política exterior, sin embargo, todavía no ha definido los parámetros centrales del que será su "plan de paz" para Medio Oriente . No obstante, acaba de anunciar, en los salones de reuniones de las Naciones Unidas -a los que concurrió para dar su mensaje con motivo del 73º período de sesiones que ya ha comenzado- que los dará a conocer dentro de los próximos cuatro meses. Y emitió, sorpresivamente, algunas señales acerca de los mismos, que vale bien la pena comentar brevemente.
El presidente de Estados Unidos -en su mensaje- ambicionó que las dos partes del conflicto podrían llegar a una solución aceptable durante su mandado. Esto es, antes del 20 de enero de 2021. El tiempo dirá si esa esperanza es, o no, justificada, y si la expectativa efectivamente se concreta en ese plazo, o no.
El primer lineamiento de índole estructural revelado por Trump -en una conferencia de prensa en la que tuvo a su lado al premier israelí Benjamin Netanyahu - destaca que su preferencia apunta a tratar de concretar una solución que se edifique sobre la conocida idea de "los dos Estados". Israel y un Estado Palestino, lado a lado, entonces. Siempre y cuando ello sea endosado por las dos partes. De lo contrario, agregó, su gobierno es y será flexible.
Esa idea ha sido, cabe señalar, la que prevaleció a lo largo de las dos décadas en las que Estados Unidos intensificó su difícil papel de "facilitador" en busca de una solución al largo conflicto. Parece ser entonces, una confirmación temprana del rumbo esencial que hasta ahora han tenido las pacientes conversaciones de paz.
Para Trump, la principal dificultad estaría en la definición precisa de los respectivos territorios estatales. Pero la gran ventaja es que, en su entender, alcanzada la solución del conflicto, cada parte se gobernará independientemente a sí misma.
A lo que agregó toda una sorpresa, quizás con la intención de volver a atraer a los palestinos a la mesa de negociaciones, de la que se han retirado. Trump hizo un llamado concreto a Israel con el pedido de hacer un "gesto" o "concesión" a los palestinos que, de alguna manera, compense el fuerte impacto adverso de la decisión norteamericana de diciembre pasado de reconocer a Jerusalem como capital de Israel. Para el presidente estadounidense, esto es lo que debiera derivar de la existencia de reciprocidad entre su país e Israel.
En paralelo, la siempre activa líder de la oposición Israelí, Tzipi Livni, aprovechó -ella también- la oportunidad para reunirse en las Naciones Unidas con el longevo Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a quién solicitó expresamente la reapertura de los canales de comunicación entre los palestinos y EE.UU., que permanecen cerrados. Los muy fuertes recortes a la asistencia financiera norteamericana a los palestinos hacen que ese sea ahora un paso políticamente complejo para Abbas, en rigor casi imposible de cara a sus representados.
Por su parte, Netanyahu no hizo ningún comentario público sobre lo que escuchaba. En el pasado, el primer ministro israelí ha endosado la mencionada alternativa de los "dos Estados". Pero también es cierto que en su actual coalición de gobierno, conformada por partidos políticos de derecha, hay ciertamente quienes, sobre esto, piensan distinto. De allí, quizás, su silencio.
Finalmente, en uno de los capítulos realmente más delicados de la cuestión, el presidente Trump señaló que la paz en Medio Oriente pretendida por su país supone, obviamente, el cese completo de las hostilidades entre Israel y los palestinos. A lo que agregó, específicamente, que no se debiera dar a los palestinos los "medios" para poder de pronto escalar el conflicto, lo que es toda una definición que no puede minimizarse en modo alguno en el delicado capítulo de cómo asegurar la futura seguridad en Medio Oriente.
Exembajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas