"Doblepensar"
"Créase el Departamento de Implementación del Lenguaje Claro".
(De la Magistratura porteña.)
Se pasaba una cinta plástica por una abertura, se apretaba un pequeño dispositivo y empezaban a grabarse letras con relieve. Ver el nombre de uno impreso en esas tiras adhesivas tenía algo de epifanía para los que fuimos niños en los 70. Y no solo para los niños. Muchos adultos cedieron a la tentación de creerse inmortalizados porque su apellido figurara allí. Algunos, hasta se inventaban un cargo. Aquel viejo rotulador -toda una novedad en los 70- falsificaba doctores, ingenieros y jefes a demanda. Esa identificación pegada en el cuaderno o en el guardapolvo competía, en mi caso, con el gusto por firmar cheques y pagarés en dos talonarios de juguete regalados por mi padre, quien seguramente habrá pensado que despertarían en mí algún tipo de interés por los negocios.
¿Quién no pensó alguna vez de niño en cómo sería su tarjeta personal cuando llegase a grande?
En Venezuela, por ejemplo, se creó el Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo. Imagínese, querido lector, que le den ese cargo. Ni aquel rotulador era capaz de llegar a tanto. ¿Y si le hubieran ofrecido ser el gerente de la Noche, como en Colombia? Ojo que nosotros no nos andamos con chiquitas. Acá tenemos hoy el de director de la Dirección de Movilidad en Bicicleta de la Dirección Nacional de Transporte No Movilizado de la Subsecretaría de Movilidad Urbana de la Secretaría de Planificación de Transporte del Ministerio de Transporte. ¡Flor de tarjeta con tanto nombre! Con ese cargo no hay rotulador que aguante.
Hay que concederle al kirchnerismo que los puestos que inventó, aunque raros, eran más cortos. Recordemos la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. Tan pomposo como inútil, pero qué bien sonaba.
Hace poco, el Consejo de la Magistratura porteño creó el Departamento de Implementación del Lenguaje Claro. O sea, una estructura destinada a que abogados y jueces aprendan a escribir para que se entienda. Suena loable. Pero un departamento parece mucho. Es como si mañana en el Hospital de Clínicas se creara la Secretaría del Bisturí con Filo.
Ojalá todos tengan objetivos nobles. Sería terrible que se dedicaran al "doblepensar", como el Ministerio de la Verdad, que George Orwell instituyó para su novela 1984,dedicado a falsear la realidad para manipular a la opinión púbica.¿"Doblepensar" en la Argentina? Seguro que no.