El velatorio de Diego Maradona en la tarde del jueves quiso ser un festejo popular y se transformó en un caos, con enfrentamientos entre barras, policías, varios detenidos, imágenes horrorosas de profanación de su cuerpo, que circularon por las redes y que no vamos a mostrar.
La gente adentro de la Casa de Gobierno festejaba como si fuera un mundial. Los hinchas trepaban por las rejas de la Casa Rosada y entraban de una manera descontrolada.
Lo que pretendía ser un festejo popular se convirtió en una anarquía que se originó en la decisión del kirchnerismo de apropiarse del cuerpo de Maradona y de su funeral, y de velarlo bajo los códigos de la liturgia peronista.
Obviamente el Gobierno nunca se va a hacer cargo de esto, así que el ministro del interior Wado de Pedro primero le echó la culpa a Horacio Rodríguez Larreta, un clásico. Y Patricia Bullrich, le respondió, otro clásico. Después, en un comunicado, le echaron la culpa a la familia. La verdad es que la seguridad debería haber sido garantizada por el Gobierno Nacional.
Entre los periodistas que cubrían el velatorio circulaba que Claudia Villafañe se había puesto firme en acortar la ceremonia, advertida del uso político que le estaba dando el kirchnerismo a la muerte del padre de sus hijas.
La Argentina tiene una larga tradición con la necrofilia política. Y el peronismo especialmente: pensemos en el cuerpo de Perón y en que hay alguien que tiene sus manos en su poder; en el de Eva Perón, desaparecido por largo tiempo y enterrada clandestinamente por los militares en Italia; en el de Aramburu, secuestrado por los montoneros. Y más recientemente, en Santiago Maldonado o en Alberto Nisman.
En la Argentina toda muerte célebre puede ser usada políticamente. Para ser justos, hay que decir que la política –y no solo el peronismo- ha usado a Maradona como símbolo para contagiarse de lo que provocaba en la sociedad argentina y para tapar fracasos económicos, ajustes o violaciones a los derechos humanos, como hizo la dictadura en el ‘78 con el Mundial.
En 1979, durante el Mundial Juvenil de Japón, Videla usó a Maradona –que ignoraba sus atrocidades- para tapar los efectos de la visita de la organización de estados americanos que investigaba las denuncias sobre los graves crímenes del régimen. La dictadura lo eximió del servicio militar pero, a cambio, le hizo pagar el costo.
Alberto Fernández, un presidente debilitado por decisión de su propia vicepresidenta, usufructuó a Maradona todo lo que pudo. Después de su muerte, se encargó de destacar que el Diez siempre apoyó su Gobierno. "Siento eterna gratitud porque en todo este tiempo no hizo más que apoyarme".
Pero, ¿por qué tanta manipulación política? ¿Qué fibra de la argentinidad toca, en un país con la autoestima tan dañada?
El chavismo se enfureció con la emotiva carta de Emmanuel Macron al astro del fútbol. Obvio. Maradona como ícono no debe ser socializado sino privatizado por el populismo. Los funcionarios chavistas criticaron a "la derecha" y destacaron los "ideales políticos" del futbolista, que "siempre se mostró alineado con el gobierno de Venezuela y el de Cuba".
Eso dijo Maduro, pero -como siempre pasa con el relato populista- la verdad es otra. Maradona también decía: "A Menem lo banco a muerte". Y apoyó activamente su reelección en 1995.
Otra imagen de la Argentina bizarra: el menemismo convirtió a Maradona en la imagen del operativo "Sol sin drogas", con el fin mantener a los jóvenes alejados de ellas.
La realidad es que Maradona apoyó el "neoliberalismo" de Menem con la misma pasión con que más tarde apoyaría el populismo de Chávez, a Néstor y Cristina, y al propio Fidel Castro. De hecho, murió el mismo día que el líder de la revolución cubana.
El apogeo de su romance con el kirchnerismo ocurrió cuando asumió como director técnico de la selección nacional en 2010 y jugó a fondo cuando acompañó a Cristina Kirchner en el lanzamiento del "Fútbol Para Todos", en aquel acto donde ella comparó las emisiones deportivas con la represión: "Nos secuestraron los goles, como antes lo hacían con las personas".
El Covid-19 deja cada vez más expuestos a los señores feudales
El caótico funeral de Maradona, celebrado en la capilla ardiente de la Casa Rosada, dejó en evidencia dos cosas:
- La hipocresía de un gobierno que hizo la cuarentena más larga del mundo y se la pasó persiguiendo todo aglomeramiento de gente -sobre todo si se trataba de manifestaciones opositoras- bajo la acusación de "asesino" a todo aquel que rompiera el aislamiento.
- La desastrosa gestión de la pandemia por parte de varios gobernadores feudales, que siguen impidiendo la circulación en muchas provincias argentinas, provocando tragedias y nuevas muertes.
Este contrapunto circuló en las redes. El funeral masivo en la Casa Rosada también puso en blanco sobre negro la injusticia y la indignación de muchísimos argentinos que perdieron a sus seres queridos durante la pandemia y no pudieron despedirse de ellos por el estricto protocolo sanitario impuesto por el mismo gobierno que parece haber decretado la suspensión del Covid-19
Otra vez, la Argentina bizarra
El gobierno del señor feudal Gildo Insfran autorizó a entrar a la provincia a un paciente oncológico que había muerto cinco meses antes, esperando que Formosa le otorgara el permiso.
Además, después de la fatalidad del chico varado que quiso cruzar el río para volver a su casa y murió ahogado, se produjo otra tragedia evitable. A una mujer embarazada, que entró en trabajo de parto, le negaron una ambulancia y tuvo que trasladarse en moto hacia un hospital. Al llegar, los médicos le confirmaron que su bebé había muerto.
Mientras tanto, el sobrino de Gildo Insfran armó una "pool party" con más de diez invitados sin aislamiento ni barbijos.
La cuarentena más larga, en el peor lugar
La Argentina es el segundo peor lugar para vivir durante la pandemia según un ranking de 53 países estudiados a partir de diferentes variables estadísticas. Esto se desprende de un pormenorizado análisis macroeconómico y sanitario desarrollado por la agencia internacional Bloomberg.
Bloomberg analizó los números para determinar los mejores lugares para estar en la era del Coronavirus. Tal como señala el informe de la consultora, la pregunta que guió el estudio fue: "¿dónde se ha manejado el virus de manera más efectiva con la menor cantidad de interrupciones para los negocios y la sociedad?".
En el ranking de resiliencia de Covid quedamos en el puesto 52.