Día Internacional de los Voluntarios
En 1985 la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los gobiernos a celebrar cada 5 de diciembre el Día Internacional de los Voluntarios y los exhortó a adoptar medidas para visibilizar este valiosísimo aporte que hacen en situaciones de catástrofes, guerras, hambrunas o epidemias.
Todo eso, sin dejar de lado las demás actividades en muchísimos campos en que el peso de los voluntarios humaniza a la misma condición humana mediante la solidaridad con quienes son víctimas de situaciones extremas y dolorosas.
La palabra voluntario deriva de la del latín voluntarius y significa: “el acto que se hace porque se quiere, sin que nadie lo obligue, y que no necesariamente esta ligado al tener….”. Trabajar como voluntario no es una tarea sencilla, pero sin lugar a dudas es tremendamente gratificante para quien la lleva adelante; quienes la ejercen transforman nuestro mundo en un lugar simplemente mejor. El trabajo del voluntario se funda en el altruismo, que es la fuerza que lo moviliza. Es un acto de profundo amor y compromiso, que consiste en dar algo de sí mismo, en favor de otros, sin ninguna devolución tangible.
El voluntariado puede contribuir a ampliar y concientizar a las sociedades y lograr la participación de personas en la planificación y ampliación de objetivos de desarrollo sostenible a nivel nacional o internacional. Prueba de eso son los programas de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU), que movilizan miles de personas en diversas áreas, reconociendo y premiando, tanto personas solas o bien equipos, que organizadamente desarrollan estas tareas.
El voluntariado acompaña y colabora en áreas cada vez más diversas, comprometiendo a personas de todas las edades, familias, empresas o asociaciones. Los argentinos desarrollamos múltiples tareas de voluntariado en diferentes campos, comprendiendo profundamente el valor de su aporte efectivo y desinteresado. Se estima que más de 4 millones de personas, directa o indirectamente, suman sus energías a estas gestas épicas y anónimas. Solo debemos recordar a los Bomberos Voluntarios de La Boca, que desde 1884 son pioneros en este tipo de estructuras al servicio de la comunidad.
Cáritas, con sus colectas nacionales y con una activa participación de jóvenes, es otro testimonio que anualmente se hace presente. La tarea inagotable de Margarita Barrientos y su total entrega por dar miles de platos de comidas día tras día, así como otros merenderos anónimos, que por decenas se prodigan en la provincia de Buenos Aires. Vaya mi especial recuerdo también a las familias que brindan sus hogares como espacios de acogimiento para niños en tránsito, a la espera de sus adopciones. Amor y entrega sin fin, solo por la alegría de que encuentren un papá y una una mamá legalmente reconocidos.
Misiones Rurales, que desde 1938 no deja de apoyar a las familias rurales, no solo promoviendo la educación rural, sino en todo aquello que lo concierne, maestros, obras de infraestructura, material didáctico, etc. El afamado Rotary Club posee un cuerpo de voluntarios internacional que acompaña las más diferentes acciones en casi todos los países del mundo.
Por último, numerosos hospitales, como la Casa Cuna puntualmente u otros centros de atención médica, cuentan con grupos de voluntarios que realizan un apostolado del servicio hacia quienes sufren. Para todos y cada uno de los voluntarios dispersos por el mundo, y muy especialmente para los argentinos, sirva este recuerdo en su día, para honrarlos por su amorosa entrega, por su actitud desinteresada, por su capacidad de dar, por estar a disposición en todo momento.¡A estos silenciosos militantes de la vida, toda nuestra gratitud y admiración!