Día de la Pachamama: un motivo para celebrar la naturaleza
¿Qué se celebra el Día de la Pachamama? Ni más ni menos que nuestro vínculo con la Madre Tierra. Algunos pueblos originarios del noroeste de nuestro país cavan un pozo en la tierra y le ofrendan los mejores alimentos y bebidas junto con hojas de coca, romero o ruda y un chorrito de caña u otro aguardiente. También se enciende algún cigarrillo o sahumerio para espantar a los malos espíritus. Le agradecen a la Pachamama por las buenas cosechas y la fecundidad de los rebaños mientras le piden que la prosperidad se mantenga. Se celebra el 1º de agosto, momento del año que señala el fin de la época seca, el inicio de la época de lluvias.
Los pueblos guaraníes comenzaron a beber caña con ruda en agosto, período en que se producía el pico de mortandad en mujeres, niños y ancianos. En esta época también las heladas podían arruinar las cosechas. Así, esta bebida, actuaba como un remedio natural para espantar males individuales y colectivos.
En mi experiencia personal puedo decir que durante los años en que realicé un sencillo ritual me ocurrieron buenas situaciones, así que los invito a hacerse solo un momento en la vorágine de la vida cotidiana para realizarlo.
Una versión de la celebración, que se sostiene sirve para atraer salud, suerte y protección frente a la negatividad, consiste en tomar en ayunas tres sorbos de caña con ruda (se puede conseguir en algunas dietéticas). Lo ideal es hacerlo el 1º de agosto, pero pueden realizarlo hasta el día 15. Con el primer sorbo se agradece por lo bueno que uno ya tiene en su vida, con el segundo se pide lo que se desea para el nuevo año y con el último se agradece a la Madre Tierra; ese sorbo se escupe (o bien se tira un chorrito extra) sobre la tierra que se tenga cerca, puede ser de una maceta, por ejemplo. Otra variante consiste en pedir por la salud en el primer sorbo, en el segundo por la prosperidad y el tercero se comparte también con la Pachamama.
¿Y qué nos puede aportar esta celebración ancestral a nuestra vida diaria? Pues mucho: nos habla de poder tomarnos un momento para agradecer de corazón lo que tenemos, de establecer relaciones sanas marcadas por la reciprocidad, de tener esperanza de cara al futuro, de sentirnos conectados con todo.
La Tierra nos proporciona alimento, materiales, medicinas, aire puro, agua limpia, suelo fértil, protección frente a inundaciones, espacio y recursos para nuestro esparcimiento y relajación, para aprender, para maravillarnos, para conectarnos con algo mayor y conectar entre nosotros. Es nuestra casa, se merece que hagamos la diferencia con pequeños esfuerzos.
En la Argentina tenemos una riqueza natural impresionante (más de 1000 especies de aves, más de 350 de mamíferos, más de 170 de anfibios, más de 250 de reptiles, más de 700 de peces, más de 15.000 de flora y más de 100.000 de invertebrados) con muchas especies endémicas, esas que solo se encuentran en nuestro país. Pero toda esta biodiversidad no es inalterable, son muchas las especies que sufren diversas amenazas. Es tiempo de comprender que ningún país puede avanzar sin conservar su riqueza natural. La falta de cuidado ambiental trae pobreza, desigualdades y disminuye notablemente nuestra calidad de vida.
Que este festejo sea una invitación a revalorizar nuestro patrimonio natural y cultural, a ser guardianes de su preservación. En última instancia, la salud de nuestro planeta determinará la salud y calidad de vida que cada uno de nosotros y nuestros seres queridos tengamos. Estamos todos unidos.
Si te gusta tu vida, si quisieras mejorarla, si tenés a alguien cercano que te importe mucho, tomate unos minutos para pensar en qué mundo querés vivir en el futuro y en qué mundo te gustaría que viviera esa persona. Que no te abrume lo que parece una tarea tan ardua, como decía Mark Twain: “el secreto para comenzar es dividir tus complejas tareas abrumadoras en pequeñas tareas manejables, y luego empezar con la primera”.
¿Cómo empezar? Separando tus residuos, consumiendo la menor cantidad de plástico que puedas, haciendo compost con tus residuos orgánicos, ahorrando electricidad y agua, plantando flora nativa de tu región para favorecer a la fauna local, asociándote o realizando una donación a ONGs que trabajen por el medio ambiente, buscando conocer más sobre la flora y fauna de tu país, participando en jornadas de limpieza de playas, de observación de aves, de plantación de flora nativa, entre muchas otras formas.
Entre todos, hacemos la diferencia. Nada mejor que sentir que dejaste tu pequeño espacio en el mundo mejor de lo que hubiera estado sin tu ayuda.
Integrante del Área Educación de Aves Argentinas