Día de la mujer emprendedora: un llamado a la transformación del ecosistema financiero
“El éxito no es solo llegar, sino allanar el camino para quienes vienen detrás”. En mi experiencia personal, nunca percibí diferencias significativas entre hombres y mujeres a la hora de buscar financiamiento, ya que siempre creí que lo que primaba era la calidad de la idea de un proyecto y, por sobre todo, su ejecución. Sin embargo, estudios de Harvard han revelado que el 70% de los inversores prefieren financiar proyectos liderados por hombres, incluso si la propuesta es idéntica a la de la mujer. Este sesgo, además de injusto, representa un error financiero.
Según un estudio hecho por Boston Consulting Group a 350 startups de Silicon Valley, los proyectos liderados por mujeres recibieron un 56% menos de financiación que aquellos liderados por hombres, pero, paradójicamente, generaron hasta un 10% más de ganancias. Y no es de extrañar que, las mujeres, acostumbradas a dar el 150% para llegar al mismo lugar que los hombres, una vez alcanzada esa primera barrera que implica encontrar financiamiento, mantienen el impulso y dedicación que las llevó hasta ahí, llevando sus negocios a niveles superiores.
A lo largo de los años, hemos luchado incansablemente por romper este sesgo, y el progreso alcanzado es indiscutible. De hecho, cada vez hay más startups lideradas por mujeres y, según el Global Entrepreneurship Research Association, América Latina es la región con mayor proporción de mujeres que se animan a arrancar sus propios negocios. Sin embargo, aunque bajo ninguna circunstancia deberíamos abandonar esa lucha, hoy vengo a proponer una alternativa: impulsar la inversión entre las mujeres.
Como dijimos, el acceso al financiamiento es una de las barreras más significativas para las mujeres emprendedoras, especialmente en sectores como las finanzas y la tecnología. Este obstáculo persiste principalmente porque el ecosistema financiero sigue estando diseñado, en su mayoría, por y para hombres. De hecho, según datos de Pitchbook, solo el 15% de quienes firman los cheques de capital de riesgo son mujeres. Con esto no quiero decir que si aumenta ese porcentaje, también va a aumentar en la misma proporción la cantidad de startups lideradas por mujeres financiadas. Pero la realidad es que, a la hora de decidir dónde depositar el dinero, la confianza juega un papel fundamental, y esa confianza se transmite cuando los inversores se sienten identificados con lo que la otra persona tiene para ofrecer, algo que entre mujeres comprendemos muy bien.
Para nosotras, emprender no solo significa empezar un nuevo negocio, sino también romper con el status quo. Emprender es atreverse a hacer algo nuevo, ya sea abrirse una cuenta de banco, investigar sobre ahorro e inversión, o aprender a navegar el mundo financiero. Estas acciones, aunque pequeñas en apariencia, son pasos fundamentales para cambiar la narrativa.
El Día de la Mujer Emprendedora, que se celebra cada 19 de noviembre, es una oportunidad para recordar que el progreso no se trata solo de que más mujeres reciban financiamiento, sino también de que las mujeres comiencen a ser parte activa del ecosistema financiero como inversoras. De esta forma, las generaciones por venir podrán disfrutar de un entorno en donde las ideas y proyectos de las mujeres tengan las mismas oportunidades para prosperar.
Licenciada en Administración de Empresas por la Universidad de San Andrés y máster en Economía de Eseade.