Detrás de Enzo Fernández: Chelsea, un club que gasta millones en el campo de juego y también en talento para sus oficinas.
En el último mercado de pases desenvolsó 329.5 millones de euros; más de un un tercio del total de los equipos de la Premier League
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Detrás del resonante pase de Enzo Fernández del Benfica al Chelsea, por 121 millones de euros, hay un club que está en plena reorganización de su árbol interno de toma de decisiones, luego de un abrupto cambio de régimen. Desde que el inversor norteamericano Todd Boehly se quedó con la entidad en mayo de 2022, Chelsea incorporó 16 jugadores; ocho de ellos, incluido Fernández, llegaron en la ventana invernal del mercado de pases en la que gastaron 329.5 millones de euros. Toda la Premier League gastó 899 millones de dólares en ese enero caliente.
La colosal transferencia de Enzo Fernández obliga a repasar cómo se reconstruye un gigante del fútbol inglés, luego de la era iniciada por Roman Abramovich en 2003 en la que Marina Granovskaia, directora del club, tenía el control total del tablero de mandos. Petr Cech fue asesor técnico y de performance en la última etapa de la gestión. Cuando Abramovich fue forzado a desprenderse del club, la ejecutiva y el ex arquero supieron que debían encontrar la salida más próxima de Stamford Bridge. Boehly asumió la función de dueño y director ejecutivo, antes de reorganizar las estructuras internas.
Entonces, Chelsea adoptó la misma política para reconstruir su organigrama de directores deportivos, responsables de reclutamiento, scouting y análisis de los mercados futbolísticos: capturar talento de éxito comprobado en otros clubes. En octubre de 2022, Chelsea anunció la llegada de Laurence Stewart, director técnico de AS Mónaco. Esa función se refiere a una variante del director deportivo y no a la conducción del plantel de fútbol.
Stewart estaba en Mónaco desde junio de 2021 y fue quien llevó adelante la venta de Tchouameni al Real Madrid en 80 millones de euros. Ahora es el director deportivo de Chelsea, tarea que ejerce en doble comando con Paul Winstanley, ex jefe de reclutamiento de futbolistas en Brighton desde 2014. Winstanley fue uno de los encargados de recomendar y concretar la incorporación de Alexis Mac Allister en 2019. La llegada de Winstanley a Chelsea fue la que generó la versión de un probable arribo de Mac Allister si no se concretaba la operación de Enzo Fernández. Era una Ferrari o la otra, señor presidente…
Otro “golpe de mercado” dado por Boehly en el sector de oficinas de Chelsea fue la contratación de Joe Shields, ex jefe de scouting de Manchester City entre 2013 y 2022. Shields tiene como medallas haber detectado a Phil Foden y Jadon Sancho. Tras un breve paso por Southampton, Chelsea lo sumó a su armada y lo juntó con Christopher Vivell, ex jefe de scouting de Red Bull Leipzig.
Los nombres siguen y es seguro que no resultan muy relevantes al conocimiento cotidiano que se pueda tener sobre esa parte del fútbol de la Premier League. Pero a los ojos de los especialistas en las áreas técnicas, Chelsea es un club que se ha reforzado por millones en el campo de juego y también hizo apuestas fuertes en los departamentos que luego definen compras, ventas, detección de talento y análisis de rivales.
El perfil eternamente gastador de Chelsea como club de fútbol convive con el prestigio de su Academia, considerada la más importante de la Premier League. De hecho en el último partido antes del receso por Qatar 2022, Chelsea perdió 1-0 ante Newcastle con un equipo con seis futbolistas titulares formados en el club.
Vision 2030 fue el último proyecto ideado por la gestión de Roman Abramovich para definir al Chelsea como club de estrellas y también formador de jugadores. Según ese plan, Chelsea debía producir futbolistas propios que jugarán al menos el 15 por ciento del total de minutos en la Premier League. Los jugadores de su Academia debían conformar el 25 por ciento del plantel.
Tras un mercado invernal con 330 millones de euros gastados en enero, pocos saben si la Academia de Chelsea estará en condiciones de competir contra el mismo Chelsea, que desembolsó el 35 por ciento del gasto total de las transferencias de toda la Premier League en ese enero caliente.