Desvelos
¿Puede la poesía florecer en medio de una vida tan trajinada, en la que una actividad se superpone con otra sin parar? Ani Mestre consigue ese milagro. De productora de TV a vendedora mayorista de muebles de vidrio y caña; de artífice de espectáculos para la Feria de las Naciones a la organización de shows multimedia para la NASA; de alma mater de COAS a estudiosa del arte y, en paralelo, ser madre de tres hijos y abuela de siete nietos (que pronto serán ocho).
“¡Me gustan demasiadas cosas y una vida no alcanza!”, confiesa, pero sin revelar el enigma de dónde saca el tiempo y el sosiego para crear poesía. Afición que le viene de muy chica, poco antes de que abandonara Cuba con su familia, tras la llegada de Fidel Castro al poder. Igual, ya visitó su primera patria en dos ocasiones.
Desvelos es su cuarto libro en el que riman palabras y emociones. Asombroso y sentido catálogo de estados de ánimo en el que se entremezclan juventud y madurez, con frutas dulces y otras más amargas. La cadencia del libro, que ilustra Eduardo Stupía, conjuga su nostalgia tan fresca hacia Cuba con su amor incondicional por Buenos Aires. Desvelos es un caleidoscopio entrañable que entona el alma.