Desvarío electoral
“No podemos importar noruegos” (De Facundo Manes)
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En su estival jardín en Kirkenes, Svend y Guri desayunaban ayer con quietud hasta que una frase en un portal les enfrió el café: “Vi kanikke importere nordmenn”. A 13.500 kilómetros al sudoeste, la traducción de Google de “no podemos importar noruegos” había sido la justificación de Facundo Manes, precandidato a diputado por Juntos, a su compañera de ruta, Margarita Stolbizer, cuando se enteró después de firmar su postulación de que integraba un colectivo variopinto, que incluía a Jesús Cariglino, el exintendente de Malvinas Argentinas investigado por presuntas estafas durante su gestión comunal y socio político de Sergio Massa, como lo fue la líder de GEN.
Dos vecinos de Svend y Guri admitieron anoche a LA NACION que esta adorable pareja compartía la sorpresa de Manes ante la sorpresa de Stolbizer, que ya no debería sorprenderse de los costos que tiene saltar de coalición en coalición en tiempos electorales en busca de permanecer atornillada a un cargo político.
Y como ya eran cuatro los kirkenios intrigados por lo que parece pasar por estas pampas, se pusieron a revisar portales de noticias y redes sociales para ver qué onda con esta gente que los tiene de ejemplo. Cada quien tomó su celular y empezó a descubrir algunas cuestiones que los hicieron dudar si la Argentina es un país formalmente constituido o un delirio cinematográfico remasterizado de los hermanos Marx (los comediantes de Hollywood, aclaración para centennials).
Así fue como, entre un qué “delirium” (desvarío) y un qué “overraskelse” (sorpresa), se toparon con los videos de la payasa Filomena, compartiendo el informe de contagiados y muertos por Covid-19 en agosto pasado, y del licenciado en Economía Mario Adrián Gabaglio, “el payaso Marulito”, que confirmó que irá con su disfraz a la Legislatura si los porteños lo premian con una banca. A esa altura, obviaron averiguar sobre Piñón Fijo.
Cuando creían haber entendido todo, a fuerza de traductores online y de seguir a políticos en redes sociales, enmudecieron ante la denuncia penal contra el presidente Alberto Fernández por las visitas a Olivos. “¿Nattbesøk i streng karantene?”, le preguntó Guri alarmada a Svend, que, a esa altura, ya balbuceaba español: “Sí, vieja. Visitas de madrugada en la cuarentena estricta y en días de trabajo”.
Los cuatro kirkenios apagaron los celulares y coincidieron con Manes: “No se puede importar noruegos”, porque sería “bortkastet innsats” –”un esfuerzo inútil”, como pronunció Svend con dificultad–, mientras volvía a la cocina por algo más fuerte para seguir desayunando.