Desesperados
A primera vista puede parecer una cárcel, pero no. Esas manos (resignadas, nerviosas, expectantes) representan a cientos de personas en estado de desesperación. Agitan documentos de identidad como quien exhibe una ofrenda: la puerta de entrada al dinero que los ayudará a sobrevivir, en el sentido más literal del término. Las 25 mil rupias que les serán asignadas servirán en lo inmediato para reparar sus casas dañadas, incluso perdidas, en la localidad de Sukkur. Ahora mismo, un tercio de Pakistán permanence bajo el agua por las inundaciones que causaron las lluvias monzónicas récord. “Una crisis de proporciones inimaginables”, sintetizó Sherry Rehman, ministra de Cambio Climático. Un desastre de consecuencias concretas, responderán ellos. Los que puedan.