Democracia, derechos humanos e integración
Este Día Internacional de las Personas Migrantes nos presenta una oportunidad para reflexionar sobre una confluencia especial de hitos que trascienden lo meramente simbólico. Recientemente conmemoramos el Día de los Derechos Humanos, marcando el 75° aniversario de su Declaración Universal. Coincidentemente, ese día celebramos en la Argentina cuatro décadas desde el retorno democrático ininterrumpido.
A estas dos conmemoraciones históricas se suma el vigésimo aniversario de la Ley 25.871, la Ley de Migraciones argentina, que marcó un cambio de paradigma en la visión sobre las migraciones y la integración de las personas migrantes en nuestro país, representando un avance significativo en el acceso a derechos, el respeto por las identidades y la valoración de las diferencias. Esta Ley reconoce a la migración como un derecho humano que debe ser protegido por los Estados, a través de la creación de condiciones para una movilidad humana segura y ordenada.
Democracia, derechos humanos e integración son los pilares de toda sociedad plural e inclusiva y se cohesionan en una relación intrínseca: la democracia, por definición, implica un profundo respeto por los derechos y garantías de las personas. Del mismo modo, un proceso migratorio virtuoso solo puede darse en un contexto donde las personas estén en el centro, sus necesidades sean atendidas y se promueva una integración plena en todos los aspectos y dimensiones de la vida.
Debemos ser muy claros: los procesos migratorios virtuosos no representan solamente un mandato en términos humanitarios, sino que son el fundamento para que las personas migrantes puedan ejercer su potencial por completo, en beneficio del conjunto de la población. Detrás de cada persona migrante hay historias de coraje, esperanza y un deseo profundo de contribuir al bienestar de las comunidades que las acogen. A través de una integración plena, los y las migrantes pueden ejercer su rol como actores esenciales en el desarrollo social, cultural y económico de nuestras sociedades.
Para que este proceso pueda darse de manera efectiva, es crucial que las personas migrantes sean protagonistas activas en la vida social, cívica y política de las sociedades donde residen. Del mismo modo, los Estados deben contar con capacidades sólidas, eficientes y respetuosas de los derechos para gestionar los desafíos y oportunidades que conllevan las migraciones.
En este contexto, la migración se presenta como una oportunidad y una fortaleza para el desarrollo sostenible de las naciones. La Organización Internacional para las Migraciones, como parte del Sistema de las Naciones Unidas, se compromete a continuar trabajando en Argentina, como en todo el mundo, para promover la cohesión social, el acceso a derechos y el bienestar de las personas migrantes, en beneficio del conjunto de la sociedad.
En este Día Internacional de las Personas migrantes, hacemos un llamado a celebrar la diversidad como un pilar fundamental para la construcción de sociedades inclusivas y prósperas. Trabajando de manera conjunta, podemos potenciar el papel transformador de las migraciones y avanzar hacia una Argentina que abrace y celebre la riqueza que aporta la diversidad a nuestro desarrollo nacional.
Jefa de Oficina – OIM Argentina