Delta, ¿última mutación del coronavirus?
El SARS CoV 2 se ha reproducido aceleradamente y mutado en forma constante, creando nuevos modelos de virus. Es su manera de supervivencia para quedarse entre las personas, y sobrellevar la ardua tarea de contrarrestar sus defensas.
Las mutaciones son cambios en los genes que pueden ocasionar algo crítico. No obstante, la mayoría de las veces no tienen efectos sobre propiedades esenciales y se denominan aleatorias o menores, pero un puñado de ellas son clave, dando origen a las variantes de preocupación. Allí se inscribe la variante delta, un verdadero “restyling” o rediseño del SARS CoV 2, más apto para evadir el sistema inmune e infectar las personas.
Esta variante originaria de la India es más eficiente a la hora de infectar las células de la mucosa de la vía respiratoria alta, siendo capaz de alcanzar mayores cargas virales a ese nivel, lo que le permite maximizar el contagio interhumano; rasgo que le ha posibilitado extenderse rápidamente y dominar donde antes otras variantes eran prevalentes. Hoy es uno de los virus respiratorios más contagiosos que conocemos y ocasionó un aumento de casos en todo el mundo, inclusive en países con altas tasas de vacunación.
El índice R0 es la cantidad de personas que un enfermo infectará ante una población vulnerable, y suele utilizarse para evaluar la potencial transmisibilidad de infecciones virales. El R0 del SARS-CoV-2 ha ido en aumento durante el transcurso de la pandemia, inicialmente era similar al de la gripe y de alrededor de 2 (cada persona infectada transmitía el virus a dos personas en promedio). Luego, con la variante británica -o alfa- se presentó como más trasmisible, siendo 50/70% más contagiosa que la original. En tanto que delta, con un R0 entre 6 y 7, es más trasmisible que alfa y, aparentemente, menos contagiosa que varicela (R0 9 a 10), y sarampión (R0 16 a 17). Aunque existen interrogantes sobre si, a través de futuras variantes, el SARS CoV 2 encontrará un R0 más alto que el de delta en el futuro.
Las actuales medidas de flexibilización adoptadas en el contexto de un menor número de casos diarios y fallecidos en la Argentina parecen razonables. No obstante, dada la situación de brotes de variante delta en países con tasas de vacunación incluso superiores a la nuestras, deberían seguirse con mucha atención, fortaleciéndose los testeos y la genotificación para, eventualmente, revisarlas en forma oportuna.
Delta representa más del 80% de los casos nuevos en los Estados Unidos y el 97% de los pacientes hospitalizados con Covid-19 en ese país no están vacunados. Se conoce que áreas con tasas de vacunación más bajas tienden a tener tasas de infección más altas, exhibiendo de manera nítida su facilidad de trasmisión entre no vacunados.
La vacunación completa con dos dosis parece efectiva para prevenir la infección, pero no es 100% eficaz. Con eficacias variables entre distintas vacunas, es de esperar que un grupo entre los vacunados pueda infectarse, aunque la mayoría de ellos será asintomático o tendrá síntomas muy leves, y rara vez resultará en hospitalización.
El control global de la pandemia se postergará mientras una parte importante de la población no se vacune. De alguna manera se ha establecido una carrera entre las tasas de vacunación y la aparición de variantes que parece llevar, por ahora, al SARS CoV 2 al podio.
Cabría preguntarse si delta será el último modelo de preocupación del SARS CoV 2. Por el momento, el coronavirus continúa acechando y explorando nuevas formas para infectarnos mejor.
Sin embargo, se pueden albergar esperanzas en la medida que las vacunas permitan obtener inmunidad colectiva. Probablemente existan límites para el desarrollo de mutaciones deletéreas y quizás no se llegue a un virus incontrolable ni se complete el alfabeto griego con nuevas variantes.
Tal vez más casos de delta sean inevitables próximamente en la Argentina, pero en tal caso las hospitalizaciones sí podrán ser evitables. ¿Cómo? Desde el Estado, vacunando a la mayor cantidad de gente posible en forma completa y en el menor tiempo factible. Desde la comunidad, aceptando la inmunización y cumpliendo con aquellas recomendaciones útiles para prevenir la trasmisión. Recordemos que sólo la ciencia develará los secretos del control de esta pandemia.
Médico especialista en clínica médica e infectología, profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.