Declina el Frente de Todos, pero aún nadie capitaliza su caída
La imagen del Gobierno no ha parado de caer desde mayo, al tiempo que la percepción positiva sobre el presidente Alberto Fernández en la opinión pública, tras un proceso de declinación similar, parecería encontrar su piso en torno de los 35 puntos. Sin embargo, no está claro aún qué sector político puede beneficiarse del retroceso del oficialismo de cara a las elecciones legislativas del año próximo. Y uno de los escenarios sobre los que comienzan a tejer hipótesis los analistas guarda relación con un creciente descontento general de la población con toda la dirigencia política.
Todavía es muy prematuro abrir conjeturas sobre la posibilidad de que se repita un escenario de crisis política como el de 2001, cuando en medio de una debacle económica y social de proporciones, el voto en blanco y el voto nulo batieron récords en los comicios legislativos que precedieron al clima que llevó a Fernando de la Rúa a renunciar. Sin embargo, poco a poco, aparecen algunos indicadores de crecimiento de una desconfianza generalizada parecida a la que se registró 19 años atrás, cuando cundió el grito "Que se vayan todos".
El más reciente estudio de opinión pública de Giacobbe & Asociados, concluido el 15 de octubre entre 2500 encuestados por dispositivos móviles en todo el país, señala que frente a la pregunta "¿Cuánta confianza tiene usted en la dirigencia argentina en general para salir de la crisis?", el 55,4% responde "nada de confianza", el 24,4% "mucha confianza" y el 18,3% "algo de confianza". Estos números dicen mucho más si se los compara con los de mayo último: en ese entonces, el 33% aseguraba tener "mucha confianza" y el 27% "algo de confianza", mientras que el 40% respondía "nada", 15 puntos menos que en la actualidad.
Otra consultora, como Synopsis, aporta un dato destacable sobre el desencanto de una porción no menor de votantes de Alberto Fernández. Según su encuesta concluida el 12 de octubre entre 1205 personas consultadas a través de un relevamiento online, de quienes manifiestan haber apoyado en las urnas al Frente de Todos un año atrás, el 72% asegura que volvería a hacerlo si las elecciones fuesen hoy, pero el 19,4% indica que votaría a otra fuerza política y el 8,4% no sabe o no contesta.
De acuerdo con el trabajo de Giacobbe & Asociados, el 51,3% de los consultados manifiesta que quiere que el oficialismo pierda en las próximas elecciones, mientras que el 32,4% desea que el partido en el gobierno vuelva a triunfar. El 14,2% dice que le da lo mismo.
La Consultora de Imagen y Gestión Política (CIGP) coincide en que el oficialismo está perdiendo apoyos respecto del 48% que cosechó en las elecciones presidenciales de octubre de 2019, aunque de acuerdo con su encuesta (890 casos, relevados entre el 10 y el 15 de octubre a través de una plataforma online y del sistema automático de respuestas telefónicas IVR) el nivel de fidelidad de los exvotantes de Alberto Fernández se ubica en el 79%.
Lo llamativo de este último sondeo es la dificultad para poder pronosticar hacia qué fuerzas políticas se dirigiría el 21% de desencantados con el Frente de Todos. El 9% de estos afirma que no votaría a ningún partido político, el 5% se inclina por la izquierda, el 2% apoyaría a Juntos por el Cambio, el 1% a las opciones liberales, como las encarnadas por Javier Milei y José Luis Espert, y otro 1% por otras fuerzas, en tanto que el 3% no sabe o no contesta.
Pese a la caída del oficialismo, la situación de Juntos por el Cambio no es mejor. De acuerdo con CIGP, la principal coalición opositora mantendría hoy el apoyo electoral del 64% de quienes la votaron. El 36% restante se dividiría de esta manera: un 16% para los liberales, un 9% para ningún partido, un 2% para el Frente de Todos y un 4% para otras fuerzas políticas, al tiempo que un 5% no sabe o no contesta.
La conclusión de este último sondeo es que las principales coaliciones políticas presentan una importante pérdida de intención de voto. La desilusión ronda al menos a dos de cada ocho votantes de Fernández, pero el hecho de que la mayoría de ellos no defina hacia qué otro sector político se mudaría o diga no inclinarse por nadie, plantea que el voto de esos electores fue más estratégico que ideológico.
En Juntos por el Cambio, la sangría entre sus votantes de 2019 es algo mayor, ronda el 35% y el mayor porcentaje de desencantados se acerca a Milei y Espert, dirigentes que estarían capitalizando el fuerte descontento en materia económica y la incertidumbre derivada del fuerte aumento del dólar.
Justamente, los temas económicos, como la inflación y el desempleo, constituyen hoy la mayor inquietud de la sociedad argentina. La preocupación por la economía supera hoy ampliamente a la derivada de la sanitaria: según Synopsis, puestos a elegir entre economía y salud, hoy el 67,6% de los argentinos se manifiesta más preocupado por su situación económica, mientras el 30,1% señala al coronavirus. La diferencia con respecto a marzo, cuando el 79,5% se inclinaba por el Covid-19 y el 16,2% por la economía, es bien marcada.
Si bien el presidente de la Nación planteó durante todo este tiempo que debía priorizarse la salud de los argentinos por encima de la situación económica, el Gobierno no ha podido hasta ahora dar una respuesta mínimamente satisfactoria a ninguna de las dos problemáticas y, en cambio, ha dado muestras de haber consagrado demasiado tiempo a la reforma judicial y a una agenda para la impunidad de Cristina Kirchner y de exfuncionarios kirchneristas procesados, como la reciente deserción por parte de la Oficina Anticorrupción como querellante en causas penales por presuntos delitos contra el Estado.
Curiosamente, la reforma de la Justicia apenas ronda, en el sondeo de Synopsis, el 5% de menciones entre las preocupaciones ciudadanas frente al 65,3% que reclama poner en marcha la economía y del 18% que pide controlar la pandemia.