¿Debería instaurarse un pasaporte sanitario para poder trabajar?
Contextualicemos: las vacunas son un hito en la historia de la humanidad, y el acceso a las vacunas es un derecho universal. Ahora bien, sucede que en la práctica médica diaria, los profesionales de la salud que trabajamos en ámbitos laborales hemos atendido numerosas consultas sobre vacunación Covid-19 provenientes de distintos sectores, niveles y roles, varias de las cuales formuladas por personas que no desean vacunarse y que presentan o exponen diversas razones para no hacerlo, generándose así el debate.
Dado que el tema puede ser tratado desde diversas ópticas -epidemiológicas, legales y bioéticas-, intentaremos dar respuesta a los cuestionamientos “antivacunas” más habituales que se nos han presentado.
1) “Le tengo miedo a los efectos adversos”. Desde el punto de vista médico-científico, ya no hay dudas de la efectividad de las vacunas y, a la luz de la gran cantidad de personas inoculadas y los muy pocos efectos adversos reportados, tampoco hay dudas acerca de su seguridad, aún cuando no haya concluido la última fase de evaluación. Esto es posible porque estamos en una pandemia, situación extraordinaria y grave que aceleró los tiempos de inicio de la campaña a nivel mundial.
Entonces, si pusiéramos en la balanza cantidad de enfermos y fallecidos por Covid-19 versus cantidad de efectos adversos de las vacunas, los números respaldarían sin lugar a dudas la decisión de avanzar con la vacunación.
2) “Si se vacuna el resto de la gente, seguro bajan los casos y entonces ya no necesitaría vacunarme”.
Desde el punto de vista ético, sería equivalente a recibir las ventajas de un bien colectivo sin contribuir de manera alguna. Entonces, se estaría utilizando a los vacunados como un medio para lograr la inmunidad de rebaño y de esta forma se beneficiarían los no vacunados. Sería inaceptable.
Ya lo decía Immanuel Kant (filósofo y científico clásico): “Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solamente como un medio”.
3) “No quiero vacunarme y deben respetar mi libertad individual”. En los tratamientos médicos, como regla general, rige el principio de autodeterminación y tenemos derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, para lo cual se dispone de una herramienta que es el consentimiento informado. Sin embargo, con respecto a la vacunación deben prevalecer la salud pública y el orden público. Debe entenderse que en este caso la decisión individual de no vacunarse afecta directamente a terceros.
Desde el punto de vista legal y yendo específicamente al ámbito laboral, tenemos en la ley de contrato de trabajo (Ley 20.744) y en la ley de higiene y seguridad en el trabajo (Ley 19.587), diversos artículos que mencionan obligaciones generales que harían exigibles la vacunación para poder desarrollar actividades laborales normalmente.
4) “En la tele dijeron que…” Los comunicadores sociales tienen en sus manos una gran responsabilidad, aunque algunos quizá no lo comprenden o no lo dimensionan realmente. Con respecto al Covid-19, hemos sido testigos de innumerables pronunciamientos falsos, datos inexactos o afirmaciones que produjeron grandes perjuicios a la salud de todos. Podemos citar como ejemplos a la promoción del consumo del dióxido de cloro como tratamiento milagroso o la comparación del programa nacional de vacunación Covid-19 con un supuesto envenenamiento.
Actualmente, tenemos el ejemplo de varios países que comenzaron a utilizar los pasaportes sanitarios para asistir a diversos lugares masivos. Conocimos el planteo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en ese sentido, para los ámbitos laborales (ahora rechazado por un juez federal de Luisiana). Y, a nivel nacional, ya existe jurisprudencia para que los empleados no vacunados deban presentarse a trabajar exhibiendo un PCR con menos de 72 horas de antigüedad, completamente a cargo del empleado y que debe actualizar periódicamente.
Creo que debemos entender que una cantidad sustancial de posiciones llamadas “antivacunas” en realidad provienen de personas con grandes dudas, miedos o simplemente desinformación. Por ese motivo los médicos debemos empoderar a los pacientes y a todas las personas brindándoles información fidedigna, confiable, comprobada y explicándoles de manera clara los beneficios de la prevención.
Médico especialista en Medicina del Trabajo, director médico de Jornal Salud