Debemos asegurar que las futuras generaciones vivan en un mundo mejor
El 22 de abril celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra, que nos recuerda que nuestra casa común nos brinda vida y sustento, por lo que proteger su biodiversidad y sus recursos resulta fundamental para asegurar nuestra propia supervivencia. Con esta fecha, asumimos una causa que nos une: la de procurar la armonía entre todos los habitantes y la naturaleza.
Desde los inicios de nuestra gestión, el Gobierno nacional se comprometió a duplicar la superficie de áreas protegidas en nuestro territorio, habiendo alcanzado en 2018 un récord con la creación de seis de ellas y habiendo triplicado la superficie total marina protegida, mediante la creación de las área marinas protegidas Yaganes y Namuncurá-Banco de Burdwood II.
Además, el año pasado saldamos una deuda histórica al publicar, junto al Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), el primer Inventario Nacional de Glaciares de nuestro país, con la información de los 16.968 cuerpos de hielo que actúan como reservorios de agua. Esta herramienta nos permitirá un más adecuado monitoreo, control y protección de los glaciares y las geoformas periglaciares. Además, realizamos por segundo año consecutivo el Informe del Estado del Ambiente, un trabajo de articulación que da cuenta año tras año de la situación ambiental de la Argentina y nos posibilita conocer en profundidad todo lo que hay que mejorar.
Otro aspecto al que estamos dedicados es al cuidado de nuestros bosques, por lo que lanzamos el Plan Nacional de Restauración de Bosques Nativos, iniciativa con la que buscamos lograr para 2023 unas 20.000 hectáreas anuales bajo restauración, 10 millones de árboles plantados y la generación de 5000 puestos de trabajo. Como marco de esa iniciativa, presentamos la plataforma ForestAr2030, a través de la que procuramos posicionar al país como una potencia forestal, a la vez que sustentable, para 2030.
En días recientes, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable a mi cargo aprobó además las primeras transferencias del fondo fiduciario FOBOSQUE para nueve provincias que cumplieron con las rendiciones de ejercicios anteriores de la Ley de Bosques, por un monto total superior a los 47 millones de pesos. Además, logramos mejoras significativas en la implementación del sistema, facilitando la transferencia directa de montos a beneficiarios de planes de manejo y conservación de esa ley, acortando los tiempos de llegada de los recursos entre seis meses y dos años, en favor de la conservación de los bosques nativos.
Por otra parte, vale recordar que mantenemos firmes nuestros compromisos internacionales como el Acuerdo de París y la adhesión a los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, un llamado mundial a poner fin a la pobreza y cuidar el planeta. Uno de los temas más novedosos de trabajo propuestos en esa agenda es la acción por el clima, que involucra la lucha activa contra el cambio climático, tarea a la que estamos dedicados desde el inicio de la gestión. Es por eso que pudimos liderar, en el marco del G20 celebrado en Argentina el año pasado, el grupo de Sustentabilidad Climática, que tendrá continuidad en Japón el año próximo. Y además, continuamos con el desarrollo de planes sectoriales de cambio climático, que nos permitirán desarrollar un plan nacional de adaptación y materializar acciones específicas tendientes a lograr que nuestro país cumpla con sus compromisos en la reducción del calentamiento global.
Todavía es largo el camino por recorrer juntos pero tenemos en nuestras manos la oportunidad de cambiar hábitos y revertirlos. Tenemos el derecho de un ambiente sano y equilibrado, y un deber de asegurar que las próximas generaciones vivan en un mundo mejor. Uno en el que el desarrollo sustentable y la economía circular vayan de la mano, asegurando que nada sea rentable si no es sustentable.
El autor es Secretario de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación