Debates enlos días de la independencia
Sobre Repúblicas y monarquías, de Natalio R. Botana
El nuevo libro de Natalio R. Botana, Repúblicas y monarquías. La encrucijada de la Independencia, es una obra oceánica: abarca un momento de la historia en el cual el país en formación no tenía asegurados sus límites y estaba, por un lado, bajo la amenaza de los españoles y, por otro, la de los portugueses, además de los indios. En ese marco, la búsqueda de la legitimidad era un proceso de gran complejidad, ya que de él participaban los juristas, los políticos, los "propagandistas patrióticos", los militares y la Iglesia.
La notable indagación de Botana recorre –en cuatro capítulos y un epílogo– el intenso trecho que va de 1810 a la Declaración de la Independencia, un período transido de conflictos internos, rebeliones, guerras civiles y un intensísimo debate sobre quiénes terminarían por dominar ese alterado panorama, pleno de alternativas políticas.
El derrocamiento por Napoleón de la monarquía española, que venía sobreviviendo durante siglos pese a los cambios de quienes ejercían el poder, ya fueran los Austrias o los Borbones, es el punto de inicio clave. Esa inflexión conmovió y revolucionó, como es sabido, el mundo colonial y provocó en las Américas el afán por una nueva institucionalidad.
La cuestión de la monarquía produjo un debate en el seno del Congreso de Tucumán, que Botana sigue con minuciosa atención. El problema denominado "de la voluntad general" constituyó un motivo de discusión que tenía sus antecedentes en Europa. ¿Cuál era esa voluntad general que determinaría qué gobierno se implantaría y qué posible Constitución sería proclamada? Finalmente, no hubo Constitución, pero sí la decisión de proclamar el 9 de julio como Día de la Independencia, que el director general Juan Martín de Pueyrredón puso en palabras celebratorias.
Al avanzar la obra, Botana presta especial interés –y tal vez ése sea el núcleo de Repúblicas y monarquías– a los tiempos inmediatamente posteriores a la Declaración, un período también conmovido por los disensos internos de peso. Si el gobierno debía ser interino, como propusieron algunos, o si no (Pedro Ignacio de Castro Barros fue uno de los férreos opositores al interinato), era uno de los enfrentamientos que se producían en aquel inestable territorio del noroeste argentino.
Fue una etapa de enormes desconfianzas entre los protagonistas y allí volvió a aparecer la ya consagrada palabra "anarquía", que tanta preocupación causaba en algunos y subrepticio entusiasmo en otros. Para Botana, se enfrentaban la nueva situación que abría José de San Martín con sus victorias de Chile, fuertemente celebradas, y la tibia actitud del jefe militar ante el proyecto de Constitución que le envió el mendocino Tomás Godoy Cruz, al que el libertador calificó modestamente como "bastante bueno".
Entre 1818 y 1819 los proyectos de Constitución eran cuerpos textuales muy cambiantes, en los que intervenían directores generales, miembros de triunviratos, provocadores de asonadas. Botana señala algo central: el choque principal, durante un tiempo, entre provincianos y porteños se había transformado en un enfrentamiento entre centralización y descentralización.
El cierre del libro define en pocas y precisas líneas de dónde se venía, dónde se estaba y hacia dónde se dirigía el país. "¿Por qué y para qué la independencia? Este horizonte –señala el autor–siguió despertando interrogantes que prosiguieron y traen hasta nuestros días las escuelas historiográficas, las polémicas del ensayo y las manipulaciones ideológicas del pasado. En todo caso, con la artesanía del historiador o con la exaltación propia de quienes buscan convertirse en señores de la historia, la independencia –concluye Botana– hoy está tan viva como antaño."
REPÚBLICAS Y MONARQUÍAS
Por Natalio R. Botana
Edhasa
280 páginas
$ 325