¿De qué se ríen?
La obra es muy interesante e invita a crear empatía con el espectador con experiencia de pareja
El sábado pasado fui al teatro Maipo a ver Escenas de la vida conyugal, obra inspirada en la película de Ingmar Bergman interpretada por Valeria Bertuccelli y Ricardo Darín dirigida por Norma Aleandro. Tenía el recuerdo de una obra triste, por momentos angustiante y con algún toque de humor.
Es la historia de una pareja que se maltrata, se humilla, sufre durante un matrimonio de casi veinte años. Tienen dos hijas casi adolescentes. Ella bien femenina quiere hablar acerca de todos los temas y él simplifica, la descalifica. Hasta que decide irse de la casa con una mujer mucho más joven de la que describe maravillas. En un momento ella le cuenta que está embarazada y muy sutilmente el personaje masculino da a entender que se hizo un aborto. Bien. Hasta ahí una síntesis apretada del argumento de la obra en la que los diálogos son inteligentes y al mismo tiempo sensibles, por momentos sarcásticos, con toques de humor y a la vez plagados de amargura.
Me pregunto si todo lo que hace Darín provoca risa, más allá del texto. Si todo lo que expresa Bertuccelli es hilarante más allá de su sufrimiento. ¿Será que el público de sábado está muy relajado?
Mariana y Juan se llaman los personajes. Y es claro cómo la apatía sexual se instala en esta pareja. Son siete etapas las que armó Norma Aleandro para adaptar esta obra de los años setenta.
El teatro estaba lleno. Había en la segunda función un público integrado en su mayoría por parejas. De todas las edades. Es más, se notaba en el ambiente un clima de mucho afecto, de cariño, de mimos. Muchos tomados de la mano, abrazados.
Apenas aparecen los actores en escena hay fervorosos aplausos. Y una vez comenzada la obra me llamaron la atención las risas. Todo el tiempo el público se ríe a carcajadas. Apenas hay una mínima pausa, estallan las risotadas. Cuando Darín cuenta que su mujer se hizo una operación muy seria, refiriéndose al aborto, la gente se ríe. Cuando la mujer sufre y se angustia, se ríen. Pero no simples risas. Se ríen a carcajadas.
La obra es muy interesante e invita a crear empatía con el espectador con experiencia de pareja. Pero tanta risa me llamó la atención. ¿De qué se reía el público? Me pregunto si todo lo que hace Darín provoca risa, más allá del texto. Si todo lo que expresa Valeria Bertuccelli es hilarante más allá de su sufrimiento. ¿Será que el público de sábado está muy relajado? ¿Será que el público de la segunda función del sábado sale de comer, de tomarse un vinito y llegan al teatro "pipones"?
La risa siempre es grata para los actores, pero ¿no les sorprenderá que ya casi no importa mucho el texto de la obra? En todo caso confieso que a mí me sorprendió tanta risa.