De no creer. ¡Entrevisté a Milei! Más Milei que nunca
La entrevista que me concedió ayer el Presi viene a desmentir eso de que solo habla con periodistas amigos o complacientes. Es cierto que tampoco estoy en la vereda opuesta. Me gusta definirme como un admirador crítico. Soy de los que piensan que es un tipo genial; es genial al menos dos horas por día, y el resto puede ser pillo, diablillo, loquillo. Cuando cae en modo illo “es insufrible”, dicen sus colaboradores. ¿Cómo estuvo durante la entrevista? Lean y opinen. Yo pasé un rato de lo más entretenido. Con Javi siempre se aprende. En primer lugar, a contenerte: cuando habla aparece él, pero por detrás enseguida desfilan Santi Caputo, Trump, Bukele, Agustín Laje (los peores momentos), el Gordo Dan… Alta fauna.
Basta de prolegómenos. Con ustedes, el Presidente, el jefe del Estado que promete destruir el Estado del que es jefe, el inverosímil, el diferente, el campeón libra por libra: Javier Milei.
–Te agradezco, Javier, que me permitas tutearte.
–Adelante, va a ser un gusto putearte.
–Mi estrategia hoy es tomar tus respuestas como si fueran normales, para no entrar en una dinámica en la que vos te movés más cómodo. Dicho esto, ¿por qué aceptaste la entrevista?
–No me lo explico. Digo, a ver, o sea, te vi entrar y ya estaba arrepentido. O sea, disgustado. Terminemos esto rápido.
–Marina dal Poggetto, la entrañable Dalpo, dice que se te alinearon los planetas. Coincido: la economía está rebosante.
–Esa chica, que cuando sea grande quiere ser economista, vuelve a demostrar que es burra, ignorante, torpe. ¿Cómo que se me alinearon los planetas? Los alinee yo. Marina dal Pichetto: no entiende nada.
–Lo dije, no voy a hacerte el juego. Sigo. Muy bien darle la DGI a Andrés Vázquez. Soldadito de los Kirchner contra Clarín, amigo de Larcher y Stiuso, fugador de divisas, le encontraron medio palo verde en paraísos fiscales... ¡El hombre indicado, Javi! ¡Tiemblan los evasores!
–Vos también deberías tener un poco de miedo, porque decir esas pelotudeces no es gratis. Una sola referencia alcanza para dejar a salvo la integridad de Andrés: me lo recomendó Santi Caputo.
“En noviembre era votar el ‘plan platita’ o el plan ‘no hay plata’. La gente eligió bien”
–Ah, OK, me convenciste. De última, si hace una de las suyas lo esperamos en la Corte con Lijo.
–No, Ariel va a estar ocupado con expedientes de periodistas. Como el tuyo, viejo meado.
–Esto último no lo oí. ¡Qué disciplina la mía! Decime, ¿a Santi no le estás dando excesivo poder? Ya se habla de Caputín, aunque de monje no tiene nada. Se lo considera excesivamente ambicioso, inescrupuloso, insensible, amigo de tipos nefastos…
–Por todos esos atributos forma parte del triángulo de hierro. Cómo les duele, eh. Para eso está ahí, para que les duela.
–Vos, en cambio, sos pura sensibilidad. Conmovedor tu llanto esta semana cuando los Granaderos te regalaron un gorro del regimiento. ¿Por qué te llegó tanto ese gesto?
–Porque lo entendí. Estaban pasándome la gorra: no tienen un mango.
–Entonces, preparate para llorar seguido: vas a recibir miles de gorras. Porque tu plan va muy bien, cada vez mejor, pero cómo la estamos pariendo, Javi.
–¡Dejá de protestar! Santi me pasó recién tu ficha, y a vos, gordito, no te va nada mal. Además, aprendé a leer los signos de los tiempos: en noviembre había que votar el “plan platita” o el “plan no hay plata”, y la gente eligió muy bien.
–¿Viste el ajuste del Papa? Para reducir el déficit del Vaticano bajó los sueldos de la casta. Impresionante cómo cunde tu ejemplo. Sos un antes y un después.
–Pará, pará, pará, Fantino del subdesarrollo. El Papa recortó 10% el sueldo de los cardenales. Nosotros, en ARCA, el del personal superior lo bajamos 90%. Mi ajuste es con sangre. El de Francisco, con agua bendita.
–A este tuitero Juan Doe, o Juan Pablo Carreiro, su nombre real, le dieron un puestito en la Casa Rosada y se lleva 2,5 millones por mes. ¿Qué puede esperar: sangre o agua bendita?
–Más trabajo. La libertad avanza en las redes.
–¿Cómo estás viendo la interna entre Cristina y Kicillof?
–Cristina K contra Axel K. Una guerra K: está todo dicho, ¿no? Yo deseo fervientemente un triunfo de los dos bandos: que exterminen al otro. ¡Basta de basura! Lo dije hace poco: Cristina y Kicillof le dejaron al país una deuda de 51.000 millones de dólares.
–Habías dicho 41.000 millones.
–Siguen corriendo los intereses.
–Fuiste muy criticado por eso de que te gustaría ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo, con Cristina adentro. Yo entendí perfectamente que se trataba de una metáfora. Más o menos feliz, pero metáfora al fin.
–¿Viste cómo reaccionaron todas las ratas kakis? La próxima vez va sin metáfora.
–También la UCR vive una convulsión interna.
–Sí, claro. Logramos dividir a Juntos por el Cambio, a Pro, a los radicales, y esto va a seguir. A eso hemos venido, o sea, a separar las aguas. Los buenos con nosotros, y a los del otro lado, que se los lleve la corriente. O sea: glu, glu, glu... jajaja.
–¿Qué sentís cuando dicen que estás loco?
–Que vamos bien.