De Menem a Nerón
“Hoy estamos haciendo un homenaje al mejor presidente de los últimos 40 años”. Javier Milei se emocionó así en el acto que dejó instalado el busto de Carlos Menem en la Casa Rosada. El calificativo recibió múltiples cuestionamientos en el ágora de las redes sociales, entre otros detalles por ser una persona condenada en la causa de venta de armas a Ecuador y Croacia, además de otras sospechas de corrupción. Y si los efectos inmediatos del plan de convertibilidad sin duda constituyeron un gran éxito (“el más exitoso de la historia”, dijo Milei), no es menos cierto que el no saber cómo salir de un esquema tan rígido derivo en la crisis posterior.
De lo que no caben dudas es del culto a la exageración en el que irremediablemente cae el Presidente en toda oportunidad. “Hicimos el ajuste que no solo es el más grande de la historia argentina, sino el más grande en la historia de la humanidad”, repitió en varias ocasiones. “Por 100 años repetimos este patrón tóxico, amontonando experimentos colectivistas”, dijo en otra oportunidad, amontonando, él también, en esa categoría gestiones tan disímiles como las de Uriburu, Justo, Perón, Aramburu, Frondizi, Alfonsín... y su elogiado Menem. “Ayúdenme a hacer de la Argentina la nueva Roma del siglo XXI”, pidió a un grupo de inversores norteamericanos. No aclaró si antes o después de Nerón.