De Gaulle en la Argentina: a 60 años de una odisea diplomática
La visita del presidente francés marcó un hito en la relación de amistad y cooperación que une a ambos países
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Hace 60 años, el Presidente de la República Francesa Charles de Gaulle realizó una gira por América Latina de una envergadura y duración realmente extraordinaria. Durante casi tres semanas, el General recorrió 32.000 km, atravesó diez países y pronunció 55 discursos, seis de ellos en español. En esta verdadera «odisea diplomática», la Argentina marcó un momento particularmente destacado, durante el cual el Presidente de Gaulle elogió la excepcional cercanía entre el pueblo francés y el argentino: «Me parece que ustedes los argentinos se parecen a nosotros, los franceses, en sus ideas e intenciones sobre el mundo en que vivimos». El General de Gaulle dirigió este saludo fraternal a los jóvenes argentinos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Y con el mismo espíritu, mirando hacia el futuro de la amistad franco-argentina es que la Embajada de Francia en Buenos Aires quiso que las conmemoraciones de la visita del General de Gaulle se celebraran en el Liceo Franco-Argentino Jean Mermoz, cuya piedra angular fue colocada por el General el 5 de octubre de 1964. Con la participación de las autoridades argentinas, esta emotiva jornada de conmemoración reunió, en torno a la comunidad educativa franco-argentina, a dirigentes políticos y asociativos, miembros de grupos parlamentarios de amistad y representantes del cuerpo diplomático, así como universitarios, investigadores y representantes de think tanks. Una exposición dedicada a la visita de Charles de Gaulle, lecturas de discursos, testimonios, así como la proyección de imágenes de archivo permitieron reproducir fielmente los acontecimientos y el significado de esta visita que marcó un hito. Si este momento histórico es tan entrañable para los franceses como para los argentinos, si dejó una huella en las memorias de ambos lados del Atlántico, es porque durante tres días, Charles de Gaulle realmente entró en contacto con el pueblo argentino; vivió el tiempo argentino, desde el ritmo frenético de los desfiles y ceremonias oficiales en la capital hasta el encuentro con los gauchos en el campo, uno de los momentos más brillantes y simpáticos de todo el viaje». La extraordinariamente cálida bienvenida que recibió aquí el Presidente de Gaulle se explica también por la gran receptividad del pueblo argentino al mensaje que llevaba esta gran figura de la historia contemporánea. Como señaló uno de los «grandes testigos» de la jornada de conmemoración en el Liceo Francés, el historiador y ex embajador Yves Saint-Geours, «el General de Gaulle decía que no tenía un plan diplomático claro y que simplemente actuaba por instinto, pero los objetivos de este viaje parecían muy claros: [...] derechos de los pueblos, cooperación mutua, independencia, “no” a las hegemonías, ése era el objetivo principal del viaje». Por supuesto que De Gaulle fue el hombre del 18 de junio de 1940, el que se levantó contra la barbarie del nazismo, quien tuvo un recibimiento triunfal en Buenos Aires. Y fue en esta ciudad donde el 25 de junio de 1940 se creó el primer comité de Francia Libre en el extranjero, por iniciativa del ex presidente de la Cámara de Comercio Franco-Argentina, Albert Guérin, que fue declarado Compañero de la Liberación por De Gaulle en 1941. Pero el impacto de la gira del General de Gaulle fue tanto mayor cuanto que tuvo lugar en un continente todavía marcado por la crisis de los misiles de Cuba de octubre de 1962: el Presidente de Gaulle encarnó, de manera privilegiada, la modernidad, la audacia y la independencia de la política exterior de Francia, en el contexto de la Guerra Fría, desafiando las tentaciones de alineamiento y la «lógica de bloques». Esta defensa intransigente de la libertad y la independencia de las naciones del mundo ha dejado una huella duradera en la política exterior francesa, al margen de los cambios políticos. Y en un momento en el que las crisis se multiplican, desde la guerra de agresión contra Ucrania hasta los dramáticos acontecimientos que viven los pueblos de Medio Oriente, Francia sigue trabajando por el equilibrio y el diálogo frente al resurgimiento del unilateralismo y la polarización entre Estados. Este aniversario de la visita del General de Gaulle es una oportunidad para reflexionar sobre un legado particularmente rico, tanto en términos de política internacional como de relaciones bilaterales y en especial culturales. La visita sentó las bases de una cooperación especialmente fructífera en los ámbitos de la educación, la universidad y la ciencia. Como recuerda la historiadora Juliette Dumont, directora del Centro Franco-Argentino de Altos Estudios en Ciencias Sociales (CFA), plataforma de cooperación universitaria y de investigación entre nuestros dos países: « Si existe el Liceo Jean Mermoz, así como numerosas colaboraciones científicas, tecnológicas y culturales, si a pesar de todo lo que ha sucedido en la historia argentina pero también en la historia internacional o francesa, los vínculos siguen siendo tan fuertes y sólidos, es gracias [a los acuerdos firmados entonces], que realmente constituyen una base a partir de la cual la cooperación puede desarrollarse y evolucionar». En Argentina es donde actualmente Francia dispone de la segunda red de Alianzas francesas más importante del mundo, con 53 establecimientos distribuidos en todas las grandes ciudades del país. Tanto el CNRS, equivalente francés del CONICET, como las universidades francesas, cuentan desde hace tiempo con un gran número de científicos argentinos, que contribuyen al esplendor y al éxito de las investigaciones conjuntas y a menudo impulsan proyectos emblemáticos como la creación de laboratorios científicos franco-argentinos. Esta cooperación enriquece tanto a nuestros países como al resto del mundo. En este maravilloso aniversario, esperamos que la cooperación franco-argentina siga prosperando con el mismo espíritu de amistad e incluso de complicidad que caracterizó la cálida bienvenida que Argentina brindó no sólo al Presidente de Gaulle, sino también a cientos de miles de franceses que han vivido o se han establecido aquí, incluso desde antes de la independencia. Por ejemplo Pueyrredón, hijo de un vasco francés; Liniers, oriundo de Poitou; los numerosos oficiales de los ejércitos franceses de la Revolución y del Imperio que vinieron a luchar en el ejército de San Martín, o los averoneses de Pigüé. Estos ciudadanos franceses de Argentina y sus descendientes, que hoy representan más del 17% de la población del país, encarnan los fuertes lazos humanos que unen a Francia y Argentina. A partir de esta maravillosa página de nuestra historia, las autoridades y la sociedad civil francesa y argentina seguirán trabajando para que nuestra excepcional relación bilateral sea cada vez más fructífera, dinámica y creativa.
(*) El autor es embajador de Francia en la Argentina