Danza de cancilleres en busca de un rumbo
En el final de la campaña, los principales candidatos dieron los nombres de futuros ministros; nadie definió al futuro canciller
En la recta final de la campaña electoral los principales candidatos presidenciales ya arrojaron los nombres de la mayor parte de los ministros que eventualmente los acompañarán si ganan los comicios. Pero hay un área que aún no está definida por ningún espacio y su alcance real genera dudas: el nombre del futuro canciller.
Una danza de nombres de eventuales cancilleres circularon en las últimas horas desde las filas de Macri,Scioli y Massa. Se podrán discutir los perfiles e idoneidad de cada postulante para el Palacio San Martín aunque en todos los casos hay coincidencias de los presidenciables sobre el horizonte incierto que depara el plano internacional de 2016 para la Argentina. Y sobre este mapa borroso todos los equipos de política exterior, más allá del nombre del futuro canciller, están tras la búsqueda de un rumbo claro para encarar la diplomacia entrante.
Si llega a la Casa Rosada, Scioli será un presidente que le dará una fuerte impronta a la política exterior. "Voy a ejercer la diplomacia presidencial", definió en una entrevista con Tiempo Argentino. No quiso dar nombres de su eventual canciller, pero en los últimos días resonaron dos figuras: el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, y el actual embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler. Cualquiera de los dos responden a una lógica puramente sciolista y ajena al esquema de kirchnersmo puro. "Derecha frívola pura", se animó a opinar un destacado diplomático alineado con Cristina Kirchner. Pero, más allá de los nombres, Scioli ya tiene diagramado un plano de lo que será su andamiaje exterior: dos hombres fuertes en la Unión Europea como Mario Blejer en el Reino Unido y Cristian Breinsteinstein en Alemania; Rafael Follonier manejaría América del Sur y en Estados Unidos se piensa en un hombre de alto perfil económico aunque aun no se dieron nombres. Este es el "triángulo diplomático" que piensa reforzar Scioli más allá de mantener las relaciones con China, India y Rusia.
Los estrategas de Macri en política exterior aun no definen el eventual canciller de la coalición Cambiemos. Se mencionó a Alfonso Prat Gay, al embajador Rogelio Pfirter y a Fulvio Pompeo como eventuales cancilleres. Más allá de los nombres ya se piensa en un esquema mixto de diplomacia pura combinada con defensa y comercio exterior. Funcionaría a la vez un Consejo de Seguridad dependiente de la Presidencia al estilo de Estados Unidos. La intención es arriesgar una política exterior que funcione con la defensa de los recursos naturales y la búsqueda de inversiones externas. A la vez, el macrismo tiene en claro que si llega a gobernar se romperá el círculo Argentina-China-Rusia para abrir ese esquema a Washington y la Unión Europea.
Desde el massismo ya piensan en un equipo de política exterior coordinado bajo el ala de Roberto Lavagna. No se dijo abiertamente que el ex ministro de Economía de Néstor Kirchner será el eventual canciller de Massa. Pero actualmente está trabajando como si lo fuera a ser. "Por los tiempos que vienen daremos darle una impronta bien económica a la política exterior", dijo a LA NACION un colaborador del candidato presidencial de UNA. A ese equipo de trabajo se le suman Sebastián Velesquén, Roberto García Moritán y Jorge Faurié. El gobernador José Manuel De la Sota también tendrá un rol activo en la política exterior del massismo.
La búsqueda de un canciller para el próximo presidente resulta tan compleja como el esquema que se prevé para la estrategia de la política exterior a futuro. Así, un amplio abanico de interrogantes rodea al próximo canciller: ¿Se podrá negociar rápidamente con los fondos buitre ? ¿Llegará de inmediato la inversión extranjera? ¿Será fácil salir del cepo cambiario para generar un shock de confianza externa? ¿Qué consecuencias generará revisar los acuerdos secretos con China y Rusia? ¿Cómo se ajustará la Argentina al cumplimiento del fallo de la OMC para abrir las compuertas de las importaciones? ¿Estará Washington dispuesto a dar una ayuda al país?
Todos estos interrogantes y otros más resultan hoy más relevantes de dilucidar para cualquiera de los candidatos presidenciales más allá del nombre del canciller que definan.
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