¿Cuándo nació San Martín?
Por Eduardo Arnosi Para LA NACION
La historia, como preconizan los auténticos historiadores, debe narrar no sólo los hechos que honran o exaltan positivamente a los próceres que evoca, sino también, sin ocultarlo, aquellos que pueden serles menos favorables, pero que son irrefutablemente reales.
Pero una cosa son los hechos verdaderos y otra los chismes sensacionalistas o los episodios fraguados para atraer, con la novedad picante, el interés de los lectores. O sea, para vender más ejemplares de las obras que los contienen.
Y suele ocurrir que el dato inquietante y falso, por lo novedoso y folletinesco, atrape al público y termine por imponerse como verdad, mientras que otros hechos que se descubren, con irrefutable prueba de veracidad, pero menos atractivo, no son difundidos como deberían y terminan por ser olvidados.
Un ejemplo notable ha ocurrido con el general San Martín.
Hace poco, alguien difundió en un libro que el Libertador no era hijo del capitán Juan de San Martín y de doña Gregoria Matorras, sino de don Diego de Alvear (padre del general de Ituzaingó) y de una india guaraní.
¡Vaya inesperado descubrimiento! Ningún dato documental serio se aportó para probarlo. Sólo chismes de familia. Y bastó la carta de una lectora de LA NACION, bien documentada, para demostrar lo falso de la versión.
Don Diego de Alvear "pisó por primera vez la tierra misionera en 1783", nos recordó la lectora, y para entonces San Martín no sólo ya había nacido, en 1778, sino que partía para España con su familia.
Pero ¿nació San Martín en 1778? Existe prueba irrefutable de que no fue así, sino de que nació en 1777. La descubrió y la dio a conocer en 1932, en su monumental Historia del Libertador general San Martín , Pacífico Otero.
Sin embargo, aunque este historiador fue fundador del Instituto Nacional Sanmartiniano y su obra mencionada fue reeditada en 1944 por el Círculo Militar, el dato no fue difundido como correspondía, y en todos lados se lee todavía que San Martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778.
El lugar y el día son correctos. No así el año. San Martín tuvo tres hermanos mayores que él (todos militares) y una hermana, nacida después que él. Las partidas de bautismo del Libertador y de sus hermanos se han perdido, pero existen fojas de servicio militar de diversos años, de las cuales, por la edad mencionada, pueden calcularse las fechas de nacimiento.
Según éstas, Manuel Tadeo, el hermano mayor, nació en 1772. Juan Fermín, en 1775, y Justo Rufino, en 1776. De la hermana, María Elena, último vástago del matrimonio San Martín-Matorras, Otero descubrió la fe de bautismo, que dice que nació en la Calera de las Vacas, en la Banda Oriental (o sea, Uruguay) el 18 de agosto de 1778.
Este dato revela que San Martín no pudo nacer en 1778. Debió nacer, puesto que era el penúltimo hijo, en 1777. El primero que señaló como año de su nacimiento 1778 fue, según dice Otero, García del Río, con el seudónimo de Ricardo Gual y Jaén, en una breve biografía del general que publicó en Londres, en 1823. Allí dice que éste nació "por los años de 1778", fecha que aceptaron los futuros historiadores de San Martín, incluyendo a Bartolomé Mitre, en su notable y muy difundida biografía del prócer. Pero Pradero, basándose en el acta de casamiento de San Martín con Remedios de Escalada, en 1812, y en la foja militar de servicio de 1808, sostuvo que aquél había nacido en 1781. La foja dice que en 1808 San Martín tenía 27 años, pero esos documentos difieren frecuentemente en la edad indicada y no contienen la fecha de nacimiento.
En cuanto a su casamiento, en 1812, San Martín declara en el acta tener 31 años. Pero él sirvió en el ejército español hasta los 34 años y vino a su patria en 1812. Por lo tanto, ésa es la edad que tenía al casarse, y no 31 años, como dice el acta.
La prueba irrefutable de que San Martín no nació en 1778 es el acta de bautismo de su hermana, que nació en agosto de 1778, como hemos visto. Habiendo nacido en 1776 su hermano Justo Rufino, el Libertador tuvo que haber nacido en 1777.
Este es el año que debe aceptarse oficialmente y el que debe ser difundido en las biografías de San Martín.