Cuando la máquina del futuro deja de funcionar
¿Existe la máquina del futuro? Javier Gómez Muñoz, un talentoso y joven periodista español, cree que sí. La mala noticia es que también cree que esa máquina ya no funciona, afectada por una serie de pequeñas crisis.
En su libro La gran desilusión, Gómez Muñoz enumera las razones que dan forma al “bajón contemporáneo” en el que cree que vivimos: crisis de la política, de la economía y de la cultura, a lo que se suman la infelicidad cotidiana, la censura, los medios y la tecnología. Entre las siete problemáticas llama particularmente la atención la de la infelicidad cotidiana, que uno podría pensar que se ceba especialmente con los adultos y los adolescentes.
¡Ojalá fuera así! Esa infelicidad cotidiana –gran definición– ya llegó a los niños, a nuestros hijos, sobrinos o nietos. Lo escribió Sebastián Ríos en este diario el sábado: un nene de 10 años que hace crossfit, otro de siete que se mata a abdominales, legiones de prepúberes que quieren consumir suplementos vitamínicos para ser más grandes y fuertes. Todos, con el hashtag #strongkids, obsesionados con los cuadraditos, que es como ellos llaman al tan viejo como elusivo six-pack. Siete a diez años: a esa edad solo se pensaba en jugar con los amigos. Parece que eso hoy ya no alcanza.