Cruzada por Felipe
Felipe es un nene de tres años muy inquieto, como cualquier niño normal de su edad. Pero a veces le cuesta subir una escalera y hasta treparse a una silla. Y sus padres le hacen masajes cuando un calambre lo sorprende en la mitad de la noche.
Felipe Herrera tiene distrofia muscular de Duchenne, una patología neurodegenerativa progresiva, por ahora incurable, cuya expectativa de vida no va más allá de los 25 años.
El único remedio que alarga esos plazos es que le inyecten microdistrofina, la proteína que se le desgasta. El valor de esa medicación asciende a cuatro millones de dólares.
Los Herrera hacen de todo para reunir tan astronómica cifra: eventos, rifas y reciben donaciones. Llevan recaudados US$33.000. También lograron que los principales equipos de fútbol salgan a la cancha con estandartes donde figura el alias al que se puede transferir una contribución (FELIPE.DMD). No ha habido aún aportes de empresas, ni se han interesado en el tema la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, ni el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak.
Pero su mamá, Ludmila Jimenez, le pone garra al asunto y es optimista. Dice que si dos millones de personas ponen $2500 se alcanza el objetivo.