Cristina, la "apertura" y el dólar
¿Cuánta confianza despierta el Gobierno en quienes tienen que poner su dinero en movimiento? Muy poca
El mismo gobierno que transformó a la Argentina en uno de los países más proteccionistas del planeta, apenas superado por Rusia, amenaza ahora con abrir la economía para controlar los precios locales.
Es un contrasentido, porque el Gobierno desesperadamente intenta frenar la salida de divisas y acaba de extender y aumentar un impuesto a la contratación de servicios de turismo en el exterior para frenar la salida de divisas.
La presidenta Cristina Kirchner sostuvo este jueves en una aparición pública que 12 complejos industriales no están utilizando toda la capacidad que tienen para producir y amenazó con permitir la competencia externa para contener la suba de precios.
Es una política similar a la que adoptó el recientemente fallecido José Alfredo Martínez de Hoz en 1978, cuando inauguró la "tablita", con una serie de devaluaciones programadas y apertura económica para controlar la inflación. El experimento terminó con un brutal atraso cambiario, la caída de la producción local y condujo a una brutal devaluación.
Lo curioso es que el actual gobierno amenaza con un experimento similar cuando el atraso cambiario ya existe. La Presidenta también pidió "esfuerzo compartido", a empresarios, bancarios, sindicalistas y también a provincias y municipios.
Las advertencias presidenciales aparecen en medio de una creciente inflación y una enorme incertidumbre cambiaria. ¿Cuánto debería valer el dólar? Las especulaciones técnicas pierden sentido. Medir a qué tipo de cambio se pueden canjear todas las reservas del Banco Central es ocioso. O actualizar el tipo de cambio pasado por la inflación acumulada.
Esta vez, no es la economía. Es la política. ¿Cuánta confianza despierta el gobierno de Cristina Kirchner en quienes tienen que poner su dinero en movimiento? Muy poca.
Creer que hay una conspiración de grandes operadores tiene el atractivo de las teorías conspirativas. Pero hoy los pesos no los quiere nadie
Creer que hay una conspiración de grandes operadores tiene el atractivo de las teorías conspirativas. Pero hoy los pesos no los quiere nadie. De eso se trata una corrida, la gente se desprende de la moneda lo más rápido que puede.
La convicción acertada es que quedarse con los pesos es perder valor a causa de la inflación. Hay que cambiarlos por otra cosa lo más rápido que se pueda. Por dólares, por bienes o por servicios antes de que sean más caros.
Y en estos momentos no se trata de una devaluación que está motorizando la inflación. Es la inflación , que finalmente está llegando al valor del dólar.
Como le pasó a José Alfredo Martínez de Hoz , querer contener los precios sólo con el ancla cambiaria es imposible. Guillermo Moreno parece creer que puede controlar la situación a gritos, insultos y poniendo un revólver sobre la mesa, según cuentan sus interlocutores.
La historia enseña que no pudo hacerlo siquiera la dictadura, con el mayor y más cruel esquema represivo que se haya conocido en toda la historia del país.
El gobierno imprevisible, con reglas cambiantes, expropiaciones intempestivas, intervenciones ilegales e inconstitucionales en los negocios privados hace huir a todos. Ni siquiera las compañías brasileñas con fuerte participación estatal están ya dispuestas a invertir en la Argentina.
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