Cristina Kirchner ya volteó a Martín Guzmán y va por Alberto Fernández: ¿Y ahora?
Los principales conceptos del editorial de Laura Di Marco en La trama del poder, por LN+
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“El viaje a Europa es el del rey desnudo junto a un ministro ido”. A esta frase dijo Lilita Carrió hace unos días, en su paso por LN+. Conecto esa expresión con otra que dejó Jaime Durán Barba en una entrevista que le hice en radio Mitre: “En la Argentina puede pasar cualquier cosa”.
Con Alberto Fernández de gira por Europa, La Cámpora quedó a cargo del poder y le marca la cancha al “ido” ministro Guzmán.
Es curioso: al kirchnerismo hay que interpretarlo al revés porque, muy a menudo, lo que ellos dicen sobre los demás es lo que ellos mismos hacen.
¿Quiénes quieren cambiar la constitución sino La Cámpora y Cristina? ¡La que le espera a Guzmán cuando vuelva a la Argentina!
El PJ bonaerense, que es Máximo Kirchner y los intendentes del peronismo, emitió un comunicado en el que respaldó el congelamiento de tarifas, a contramano de lo que viene proponiendo el ministro. “La Argentina de los tarifazos quedó atrás”, dice la frase, dedicada al ministro de Economía a quien Cristina llama “el ministro del Fondo”.
Segundo frente: La Cámpora y el kirchnerismo duro le están reclamando la reposición el IFE, mientras Guzmán se está reuniendo con Kristalina Georgieva y otros negociadores del Fondo, como Julie Kozack, para mostrar alguna consistencia en las cuentas públicas.
Otro frente es el que le espera con los movimientos sociales, que parece que ahora se volvieron republicanos. Primero, fue Emilio Pérsico, del Movimiento Evita y después fue el turno de Luis D’Elia diciendo que ellos no quieren asistencialismo, quieren trabajo.
Están criticando la medida de Alberto Fernández y Guzmán de hacer una transferencia directa de ayuda social a la tarjeta alimentar, en lugar de girarles el dinero para los programas que manejan ellos.
Entre todas las falacias que dice a diario el kirchnerismo una de las máximas es la que hoy repitió Wado De Pedro: “Tenemos un país inclusivo”. Habría que avisarles a los muchachos de La Cámpora que Carlos Zannini no lo estaría demostrando.
Zannini defendió al vacunatorio vip argumentando que vacunaron a personas que la sociedad tenía que proteger. Una es él, por supuesto. Otra es Horacio Verbistky, un periodista de la “causa”.
Hay un país que milita la oscuridad y nos llevó al fracaso, pero hay otro que se resiste a ser arrastrado a esa decadencia.
Lo opuesto al contraejemplo moral de Zaninni es Toty Flores, que hoy anunció que está contagiado de Covid, con neumonía bilateral, y explicó que se negó a vacunarse para dejarles vacunas a otros que la necesitan más.
Otro caso que me impactó por lo inspirador es el de un investigador del Conicet, que tampoco estaba vacunado y murió de Covid. Mirá este párrafo de su carta:
“Sólo quiero 30 segundos lúcidos. Para poder evocar a los que quise sin que llegue a atraparme la melancolía. Me iré bien. Este hospital y su gente estarán también en esos 30 segundos. Gracias, gracias, gracias”, escribió Hugo Míguez en los días previos a fallecer a causa del Covid-19.
¿Será todo tan groseramente siniestro, que hasta quienes simpatizan con el kirchnerismo se están decepcionando?
Si mirás el ranking mundial de vacunación, el eslogan de “país inclusivo” se convierte en una cáscara vacía.
Mientras Uruguay o Chile figuran entre los primeros 15 países con más vacunados por millón de habitantes, la Argentina se ubica en el puesto 61.
Otro dato que está lejos de generar inclusión: la inflación. Hoy se conoció la tasa de abril: 4,1%. Da un 17,6% para el primer cuatrimestre, lo que vuelve la meta del 29 % una ilusión óptica. Como dice el propio Pérsico: la inflación se va comiendo el aumento de la tarjeta alimentar. Es pan para hoy, hambre para mañana. Se dio cuenta tarde de una verdad obvia: el Estado, con su emisión, termina expulsando a los que dice querer incluir.
Otro síntoma de lo que podríamos llamar una política que roza la locura es lo que pasó esta semana con el comunicado de Cancillería ante los ataques del grupo terrorista Hamas sobre Israel, en el que el gobierno argentino critica el “uso desmedido” de la fuerza de Israel para defenderse.
El kirchnerismo, otra vez, coqueteando con Irán en el conflicto de Medio Oriente, mientras que a la vez coquetea con “Juan Domingo Biden” para conseguir vacunas Pfizer y renegociar la deuda.
Todo muy lógico.
Hoy en su cuenta de Instagram el constitucionalista Daniel Sabsay colgó una imagen de 2014, una marcha en la Franja de Gaza (controlada por Hamas), ahí con imágenes del jefe de Hezbollah, agrupación terrorista sospechada de haber volado la AMIA y la embajada de Israel, junto a las caras de Hugo Chavez y Cristina Kirchner.
Cristina ya volteó a Guzmán y va por Alberto, ¿y ahora?