Cristina enciende la motosierra
Cristina atacó a Javier Milei con sus propias armas. Puso bajo el filo de una motosierra al plan económico. Viga esencial de un programa de gobierno que, por ahora, recoge los mejores índices de aprobación por su política de seguridad. La sorpresa no es que alguien con el apropiado sentido de la oportunidad elija difundir un documento crítico de 33 páginas en el momento de mayor incertidumbre sobre la gestión presidencial. Pero sí que en ninguna de ellas aparezca una referencia puntual a la amenaza de desfinanciamiento que se cierne sobre la provincia de Buenos Aires. Bastión electoral y refugio político del kirchnerismo.
Quizás una cortesía para no dejar expuesto casi como un pupilo a Kicillof. La expresidente suele prestar mucha atención a estos detalles. El gobernador precisa de 400 millones de dólares para cubrir la brecha entre los 13 billones de pesos ejecutados en el 2023 y los 17 billones proyectados en el presupuesto del 2024. Ingresos Brutos (78,5 %) representó en octubre del 2023 la mayor fuente de recursos propios frente a la caída del 53 por ciento del Impuesto Automotor y del 46 por ciento en los planes de regularización de deuda.
Los municipios recibieron 326.664 millones el mes de las elecciones. Diez mil millones menos que en igual período de 2022. En octubre del 2023, la inflación anual acumulada era del 120 por ciento. Buenos Aires fue la provincia más beneficiada por el envío de recursos adicionales con el gobierno anterior. El actual los redujo en un 98 por ciento. Ingresos Brutos recauda sobre el nivel de actividad. La licuación del gasto público por inflación y la baja de este índice por la recesión son las dos herramientas a las que apela el gobierno para estabilizar la economía.
Lo que hace descontar un brusco descenso en la recaudación. Quienes lo tratan, aseguran que la preocupación del gobernador es indisimulable. Aún así, Kicillof insiste en demorar que la Legislatura sancione el presupuesto hasta que el Congreso haga lo propio con el del gobierno nacional y quede claro cuánto dinero le corresponderá a cada provincia. Tal vez no sea una decisión propia. Las críticas de Gabriel Katopodis a la parálisis de las obras públicas precedieron a la reaparición de Cristina.
La expresidente hizo que Kicillof designe a Katopodis ministro de Infraestructura y desoiga a Jorge Ferraresi, que pedía ese lugar para Magdalena Sierra, su esposa. El intendente de Avellaneda lidera un lote de exfuncionarios de Alberto Fernández que con el aparente propósito de postular a Kicillof como precandidato presidencial, pretende definir quién lo sucederá. El gobernador no tiene reelección.
Katopodis pertenece al mismo grupo y, como Ferraresi, aspira a ese cargo. Los dos trabajan para mejorar su inserción en el PJ que debería renovar autoridades recién en 2025 pero que podría adelantarse a marzo de este año. Un cambio del calendario que no modifica la alianza entre Máximo Kirchner y Martín Insaurralde que controla al peronismo bonaerense. Los esfuerzos de Kicillof por recortar el poder y la influencia del exintendente de Lomas de Zamora en su gobierno y la Legislatura resultaron ineficaces.
Ferraresi renunció a la vicepresidencia del Instituto Patria cuando Cristina y Máximo confirmaron a Emanuel González Santalla como su delegado en la Tercera Sección Electoral. González Santalla es senador provincial y tiene domicilio electoral en Avellaneda, donde le disputa el poder a Ferraresi. Pero además audita a Julián Álvarez. A escala municipal, el intendente de Lanús padece la misma intervención que Kicillof en su administración.
El gobernador viene evitando practicar un ajuste sobre los salarios estatales. Probablemente una de las áreas donde le resultaría más fácil achicar el gasto sin actualizarlos. Los sueldos docentes representan el 22,5% del total del presupuesto. Pero es una de las áreas más sensibles. En la mayoría de los casos, los gremios que representan a los empleados bonaerenses son controlados por el kirchnerismo radicalizado y la izquierda dura.
Kicillof otorgó en enero un reajuste del 25 por ciento y cubrió con recursos propios el pago del fondo incentivo docente. El titular de Suteba, Roberto Baradel, es aliado del gobernador bonaerense. Lorena Riesgo, su pareja, es subsecretaria de Promoción Socio Cultural en el ministerio de la Producción que conduce Augusto Costa. Junto a Carlos Bianco, las dos personas de mayor confianza del gobernador.
Cristina criticó a Baradel sin nombrarlo al habilitar las sesiones ordinarias del Congreso en 2012. “Trabajan cuatro horas y tienen tres meses de vacaciones” dijo en alusión a los maestros. En marzo de ese año, Baradel negociaba con el gobernador Daniel Scioli un reajuste salarial que comprometía el inicio de las clases. Un fantasma que ronda al gobierno bonaerense. Los gremios docentes se declararon en estado de alerta y movilización.
A Máximo lo inquietan otras vicisitudes. Llamó a Julio Zamora para cerciorarse personalmente de la versión que lo asociaba a Ferraresi y, sobre todo, a Katopodis. Sergio Massa es el límite entre el intendente de Tigre y esa corriente. Nadie que aspire a ser candidato a gobernador desea enemistarse con él. Algo inexplicable para Zamora, que venció en las PASO a Galmarini con una boleta que no tenía a Massa de candidato presidencial.
En una de sus aparentes escasas coincidencias, Máximo y Kicillof no atinarían a darle una respuesta satisfactoria al intendente de Tigre sobre la designación pendiente de Galmarini como titular del grupo Bapro después de haber sufrido esa derrota. Las versiones de una tirantez política significativa en la affectio societatis de Galmarini y Massa circulan con insistencia en estos días. Massa estaría concentrado en reorganizar el Frente Renovador para discutir su lugar en las listas de Unión por la Patria en 2025. Una estrategia en la que juega un rol importante preservar los cargos que ocupan dirigentes designados por el gobierno anterior pero que siguen prestando servicios en éste. Podrían ser los casos del gerente general de Trenes Argentinos, José Paesani, y de Florencia Colman, titular del área de Recursos Humanos en la misma compañía. Galmarini estaría más predispuesta a confrontar con Milei.
A esa aparente desinteligencia en la sociedad conyugal se atribuye que Marcelo Papandrea medite el despido en Aysa de Matías Traversari, José Freire y Patricio Dángelo, todos vinculados a la gestión de Galmarini, a quien sucedió Papandrea. Traversari es director de la Unidad Presidente. Freire es el director general de Operaciones, y Dángelo el director general de Administración. Pese a que su pasado laboral está ligado a Jorge Brito, viejos amigos de Massa insisten en vincularlo a él.
Esas mismas fuentes aseguran que Papandrea teme ser despedido tras el fracaso de la ley ómnibus en el Congreso. Hasta ahora, Massa no fue incluido en la lista de traidores confeccionada por Milei. Tampoco Cristina. La expresidente proyecta, sin embargo, su temor sobre el Presidente. Un acuerdo entre el gobierno y Mauricio Macri. En apariencias, una probabilidad lejana tras el viaje del Presidente al Vaticano. Su participación en la canonización de María Antonia Paz y Figueroa, más conocida por Mamá Antula, reparó la ausencia oficial en la misa celebrada en Luján el 16 de diciembre por la beatificación del cardenal Eduardo Pironio. El funcionario de carrera enviado por la canciller Diana Mondino llegó cuando la ceremonia había terminado. Francisco le habría expresado al presidente su preocupación por los sectores más vulnerables.
Las organizaciones sociales estiman en 45 mil millones de pesos el ahorro del gobierno por el congelamiento de partidas para alimentos sin distribuir entre los comedores comunitarios. La belicosidad del Polo Obrero contrasta con el silencio del Movimiento Evita. Fernando “El Chino” Navarro acaba de renunciar a su conducción. Funcionarios del gobierno anterior le atribuyen a Emilio Pérsico una delicada situación judicial si el actual avanza en la revisión de los cinco mil convenios firmados durante su gestión en el Ministerio de Desarrollo Social.
El aparente respaldo del Papa dilataría las conversaciones con Macri. El Pro elegirá autoridades el 19 de marzo. El expresidente negocia una lista de unidad que contenga la vocación anarcolibertaria de Patricia Bullrich y Diego Santilli. Horacio Rodríguez Larreta ya habría entrado en contacto telefónico con el expresidente. Una reconciliación que incluiría recuperar el contacto con Néstor Grindetti. Por ahora, de forma indirecta.
Cristian Ritondo intenta persuadir a María Eugenia Vidal para que acompañe a Macri en la tarea de reconstrucción del partido. Milei especularía con las dificultades de Macri para tomar distancia de su gobierno luego de respaldarlo en la segunda vuelta. Cualquier entendimiento con el Pro está condicionado a que Cristian Ritondo sea presidente de la Cámara de Diputados, una llave para sumar más voluntades pero también para darle la racionalidad y consistencia a las iniciativas parlamentarias del Poder Ejecutivo.
Karina Milei incorporaría a Eduardo “Lule” Menem a la secretaría general. “Lule” es primo de Martín Menem, el titular de la Cámara de Diputados cuestionado por el propio gobierno. El texto de Cristina insinúa la probabilidad de un acuerdo parlamentario entre las dos fuerzas que se disputaron la presidencia en primera vuelta. Un trabajo de técnicos de la UCR, que recopila 30 mil casos de boca de urna en primera vuelta, demuestra que Milei atrajo el 51 por ciento de los votos de jóvenes entre 16 y 29 años en la periferia de los centros urbanos. Un electorado alguna vez afín al kirchnerismo y refractario a Juntos. Pero también un potencial destinatario del mensaje del Papa sobre la economía popular. Tal vez por eso Cristina haya elegido encender la motosierra.