Crescenti y el SAME, la eficiencia hecha servicio
En cada ambulancia que se abre paso por las calles hay una o más personas viviendo un momento crítico. En las 130 ambulancias del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME), de la ciudad de Buenos Aires, hay miles de historias de vida de pacientes en riesgo, de familiares desesperados y de médicos y personal auxiliar especializados en resolver situaciones de crisis: toda un compleja red de cobertura estatal cuyo responsable es el doctor Alberto Crescenti.
Sólo durante 2014, el SAME realizó 283.510 auxilios en la Capital Federal, un promedio de 780 asistencias diarias. El sistema cuenta también con dos helicópteros, cinco helipuertos y dos unidades de catástrofes. Los móviles del SAME se identifican fácilmente por las calles de la ciudad. Lo menos común en los servicios de emergencia es que la población identifique esa asistencia con la misma facilidad con que se reconoce a su conductor.
El doctor Crescenti no sólo dirige el SAME. Para los porteños y para quienes transitan la ciudad, él es sinónimo de eficiencia y ejecutividad. Es la garantía de que habrá una respuesta inmediata a una urgencia, sea del tamaño que fuere. La presencia de Crescenti en los operativos no es novedad, como tampoco lo es que esté siempre de guardia: sus teléfonos no se desconectan nunca. Su familia, que lo acompaña siempre, conoce de esa hiperconectividad e hiperactividad de quien lleva 15 años al frente de SAME y 36 como médico emergentólogo.
Crescenti estuvo al frente del SAME cuando ocurrieron los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, cuando un tirador solitario mató a una persona en Belgrano y cuando se produjo el sangriento enfrentamiento entre barrabravas antes de un partido de River. Además, el SAME prestó sus servicios en las tragedias de trenes de Flores y de Once, y en el incendio y derrumbe de un depósito en Barracas donde murieron bomberos y rescatistas.
La labor del SAME se extendió incluso a otros distritos, como ocurrió recientemente con la ayuda que brindó durante las inundaciones en Luján.
Suele decir Crescenti: "Yo no hago preguntas, salvo vidas". La frase tiene la lógica de un médico, pero también es una clara respuesta a los intentos de politización a los que se quiso someter a la tarea de un sistema que ha dado sobradas muestras de trabajo profesional e independiente. De hecho, la actual gestión de Crescenti arranca en 2006, pero también ocupó ese cargo entre 1991 y 1997.
"Siempre me preparé para atender la emergencia", dijo Crescenti durante una entrevista realizada por el ciclo Conversaciones de LA NACION, y en la que dejó otra frase que lo describe de cuerpo entero: "Entre dos decisiones, lo peor es no tomar ninguna. El que duda se tiene que ir a la casa".
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