Creer o reventar
"Me preocupa que tal vez el país en general no esté a la altura de sus decisiones."
(De Alejandro Rozitchner, pensador y asesor presidencial, refiriéndose a las decisiones de Mauricio Macri)
No estar a la altura es una cuestión de perspectiva. Se trata de un fenómeno basado en la diferencia, y en el que el orden en que se enuncia indica quién es el superior y quién el inferior, tema siempre opinable pues ninguno de los dos se encuentra a la altura del otro y esa altura no se mide en centímetros.
Desde la perspectiva del intelectual de Pro y asesor presidencial, Alejandro Rozitchner, con despacho en la Casa Rosada, la Argentina podría no hallarse a la altura de Macri y sus decisiones. Interpreta que el país quiere un cambio pero no sus consecuencias.
Pero están también los que consideran que es a Macri a quien le queda grande el país. Cuestión de perspectiva o de opinión. O convicción. En eso radica el problema: en tiempos de la posverdad todo se ha vuelto opinable, aquí y afuera. Aquí arrancó fuerte con el relato K. El kirchnerismo generó un antikirchnerismo de similar fanatismo y ceguera aunque más pulcro en las formas y nació la grieta. Mirtha Legrand, pro Macri hasta hace una semana, ahora es la estrella de los kirchneristas a quienes vapuleaba. Lo mismo ocurre con el Observatorio de la Deuda Social de la UCA y sus mediciones de la pobreza, falsas para el kirchnerismo cuando medían su pobreza, ahora verdades reveladas.
No hay hechos, hay convicciones, actos de fe. Se cree o no se cree. Creer o reventar (papel que le toca al bando contrario). No importan hechos y datos, se los tragó la grieta, sólo importan si sirven para atacar o defenderse. Y creer. De ahí que políticos, economistas y también el periodismo hagan malabares al presentarlos. Unos dirán que la economía cayó 2,3% el año pasado, otros que el alza del 0,5% en el cuarto trimestre marcó el fin de la recesión. Existe una visión catastrófica del pasado y otra del presente. Cielo e infierno. Cristina presa y el helicóptero.
Pero en el World Happiness Report, el ranking de la felicidad mundial, la Argentina ocupa un sitio bastante privilegiado: 24 sobre un total de 155 países. Lo curioso es que los factores evaluados fueron: altos ingresos, buen gobierno, baja corrupción pública y privada y buena política ambiental. Por lo visto, apartarse de la realidad y huir de sus hechos y datos conduce a la felicidad. Cuestión de fe.