Crecer respetando la naturaleza
Se dice que a cada idea le llega su momento. Por el contrario, es a los momentos a los que les llegan sus ideas. Porque las ideas sólo pueden surgir cuando los hombres son capaces de ser contemporáneos de su momento histórico. Y la contemporaneidad, como señala Santiago Kovadloff, es la capacidad de discernir cuáles son los verdaderos dilemas de la época en la que coexistimos. Ser contemporáneo no tiene que ver con compartir un tiempo cronológico con otros seres, sino con ser capaces de entender y afrontar los desafíos colectivos del presente y su vinculación con nuestra infinita y diversa subjetividad.
Sólo siendo capaces de pensar y actuar en el espacio de la contemporaneidad podremos esperar convertirnos en una sociedad virtuosa. Sin sociedades contemporáneas -aunque haya individuos que sí lo sean-, no habrá idea alguna que encuentre su momento.
El pasado mes de septiembre tuvimos la oportunidad de presentar en nuestro país los conceptos y proyectos enmarcados en la filosofía de la "economía azul": un abordaje teórico-práctico que demuestra sobre bases científicas y con emprendimientos concretos que es posible superar el falso dilema entre el crecimiento económico y el deterioro ambiental. Y que es posible, además, hacerlo desde una visión ética que no acepte que el avasallamiento de la naturaleza -su contaminación y destrucción- sea una condición necesaria para garantizar el desarrollo. Por el contrario, la "economía azul" plantea que es posible y necesario alcanzar estos objetivos multiplicando, simultáneamente, el valor económico (produciendo mucho más, diversificando y enriqueciendo las economías regionales), social (generando empleo, salud y educación) y ambiental (regenerando y conservando los ecosistemas naturales, colaborando con la diversidad de vida).
La receta parece un absurdo de tan obvia. O quizá roza el absurdo, simplemente porque cuestiona toda racionalidad imperante. El modelo tradicional basado en el lucro, consumo y explotación de la naturaleza es un modelo fallido desde su nacimiento por haberse alejado de la sabiduría de esa misma naturaleza y sus ecosistemas, en donde nada se desecha, sino que todo se reconvierte para multiplicar el valor y ser de utilidad a los diferentes procesos involucrados en la cadena. La sabiduría de la naturaleza actúa sistémicamente. No conoce otra forma de hacerlo. La racionalidad humana, en cambio, adolece de extrema linealidad.
Lo positivo es que conocemos otras formas de hacerlo. Y que pudimos compartirlas a través de ejemplos como el de la isla El Hierro (España), donde fue posible llevar a cabo una revitalización socio-económico-ambiental completa de una comunidad en vilo, tornándola autosuficiente con sólo los recursos localmente disponibles. O como el de Las Gaviotas (Colombia), donde la regeneración con técnicas naturales de 8000 hectáreas de selva tropical arrasada reescribió íntegramente la ciencia de la silvicultura, restableciendo el ciclo hidrológico y la biodiversidad tropical -actuando como sumidero neto de CO2- y generando a la vez cientos de puestos trabajo.
La respuesta en nuestro país fue inmediata, lo que demuestra que la sociedad argentina quiere ser contemporánea de su tiempo, comprendiendo que acaso el mayor desafío de nuestra era es el de superar una conciencia humana escindida de la naturaleza y que nos conduce hasta el borde del abismo civilizatorio.
El hecho de haber sido recibidos por el presidente Macri, en la misma semana en que tuvo lugar el Foro de Inversión y Negocios de Argentina -en el que la posición tradicional de la economía de mercado desplegó toda su opulencia- es un símbolo de cambio de época.
La consecuente decisión del Presidente de avanzar en reuniones técnicas junto con distintos ministerios, así como el incipiente trabajo conjunto entre la Fundación ZERI (impulsora de la "economía azul"), el Capítulo Argentino del Club de Roma y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable para realizar el escaneo, la identificación y la implementación de oportunidades para las diferentes ecorregiones de nuestro país, es el paso esperanzador del símbolo a las acciones concretas con el cual superar un modelo insostenible. Y con el cual convertir a la naturaleza en la aliada principal para alcanzar el postergado objetivo de "pobreza cero".
Pauli es emprendedor y autor del libro La economía azul Del Castillo es politólogo y coordinador del Movimiento Agua y Juventud
Gonzalo del Castillo y Gunter Pauli