Covid clasista
“Los de mayores ingresos tienen más contagios” (De Nicolás Kreplak, ministro de salud bonaerense.)
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Atención. Hay en nuestro país una nueva variante del virus del Covid que los expertos mundiales no están viendo. Es la que ataca especialmente a las clases media alta y alta: la cepa K.
Científicamente detectada por la Academia Populista Argenta como “ricus culpabilis”, contagia solamente a los abuelitos amarretes que quieren comprar dólares para regalarles a sus nietos; a los runners que corren debajo de helechos que cuelgan de macetas con luces en la Capital; a los diabéticos, porque como dijo la doctora -esta vez en medicina- Cristina, “la diabetes es una enfermedad de los ricos”, y a los que conforman el zoológico donde la AFIP caza casi con exclusividad.
La precisión del hallazgo no provino de ningún paper científico ni de la OMS, que cada tanto la pega y lanza una advertencia cierta, sino de nuestro académico de cabecera en la provincia de Buenos Aires. Dijo el ministro de Salud, Nicolás Kreplak: “Los niveles más elevados económicamente tienen una diferencia de 6 veces más contagios que los niveles inferiores” y agregó con precisión pasmosa: “Podemos hacer una hipótesis y a mí se me ocurre que tiene que ver con la cantidad de reuniones de fin de año que tienen esos sectores”.
Bien. Dos cositas mister Kreplak. La primera: esto lo dijo el martes pasado y la Nochebuena fue anteanoche y ayer fue Navidad y falta una semana para Año Nuevo. No se entiende bien si esto ocurre porque las clases “económicamente elevadas” le vienen dando duro al festejo desde hace rato, después de haber secuestrado a Papá Noel en la Navidad de 2020 para seguir usándolo como excusa o si se refería a la festichola que armó Cristina con artistas y colegas, en Pilar. La segunda se comprende un poco mejor, pero suena políticamente incorrecta. Usted dijo que los datos en que se amparó fueron gracias al entrecruzamiento de información que utiliza la big data y la inteligencia artificial para analizar el comportamiento de la población. Este debe ser un Gran Hermano bueno, no el que usa la información sensible para armar carpetazos o la inteligencia que sacaba fotos en las marchas opositoras para ver, precisamente, cómo se comportaba “cierta” parte de la población.
Lo encomiable del ministro Kreplak es que es coherente en sus pareceres. Cuando durante el verano pasado, siendo viceministro de Daniel Gollan -alias “llevarte tranquilidad no es mi fuerte”- las playas bonaerenses reventaban de gente, ya decía: “En general los turistas provienen de clases altas. Uno ve que los sectores populares son mucho más cumplidores” con los protocolos. Algo parecido a lo que el Presidente había sermoneado seis meses antes sobre los porteños: “Querían salir a correr, salgan a correr. Esta es la consecuencia”. Menos mal que ahora salir al “aire libre” sugerido por el Gobierno para pasar las fiestas es algo bueno. Si no, todo sería una tremenda y lamentable confusión.
De todos modos y, en nuestra humilde opinión, los compañeros se están anticipando demasiado con sus reprimendas. Según un informe del Banco Mundial, dos millones de argentinos dejaron de ser de clase media en 2020. Ya ven: la pirámide tiende a la baja sostenidamente. No se apuren, muchachos. Dentro de poco, no habrá ni ricos a los que acusar.