Courage, la red de abogados y hackers que vela por Snowden
La iniciativa tiene vocación global y busca asistir al ex empleado de la NSA y otros whistleblowers que hayan revelado secretos de Estado
BERLÍN.- La cita es en la sala de los espejos de la Clärchen Ballhaus, una vieja sala de baile de los años 20 en el barrio de Mitte en Berlín. Las paredes del gran espacio en el primer piso presentan todavía los huecos de los disparos de la Segunda Guerra Mundial. El bar funciona a pleno ritmo. Se sirven cervezas heladas y cava. Es un día de finales de junio y en este lugar se han citado abogados constitucionalistas internacionales, activistas de derechos humanos, hackers, representantes de fundaciones y periodistas para lanzar una campaña de apoyo a Edward Snowden bajo el nombre de Courage. El asilo político en Rusia para el ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional que filtró los documentos acerca de sus actividades de espionaje vence en agosto y cuando faltan algunas semanas ya está claro que no quedan para él muchas opciones. Después de que todas las demás puertas se cerraron, esta semana pidió formalmente la prórroga de su asilo en Rusia.
Berlín se afianzó como el epicentro en Europa de la batalla para el derecho a la privacidad y contra el control de las comunicaciones. Varios protagonistas del NSA-gate, como la periodista norteamericana Laura Poitras; el experto de criptografía estadounidense Jacob Applebaum, y la líder de WikiLeaks, la británica Sarah Harrison, decidieron quedarse a trabajar en esta ciudad precisamente por esta razón. Aquí está el Cahos Computer Club, la primera organización "política" de hackers en Europa. Courage nace desde el esfuerzo conjunto de todas estas personas, más un grupo de abogados de derechos humanos. Aunque fue lanzada en Berlín, su vocación es global. Funciona como una fundación y tiene el fin de asistir a nivel económico y legal a los whistleblowers, es decir, quienes revelan un secreto de Estado o de empresa en función del interés común. Edward Snowden es su primer protegido. Todo esto es necesario porque la solución de su situación será "una carrera de larga distancia", aseguran sus abogados. La historia enseña que cuando estos casos se solucionan, sólo lo hacen después de muchos años.
Un terremoto diplomático
En estas horas, el destino de Edward Snowden depende, otra vez, del gobierno de Moscú. El 23 de junio de 2013 el ex empleado de la NSA aterrizó en el aeropuerto Sheremetyevo de la capital. Sarah Harrison se ofreció para acompañarlo en su huida de EE.UU., tras entregar los archivos secretos de la NSA a dos periodistas en Hong Kong. En vuelo a Moscú, Washington anuló su pasaporte y una vez aterrizado no pudo seguir. Fueron días convulsos, en los que hasta el vuelo donde viajaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, fue obligado a aterrizar en Viena, por la sospecha de que Snowden estuviese a bordo. El presidente ruso, Vladimir Putin, finalmente le concedió asilo político temporal, para un año.
Desde entonces, las revelaciones del joven experto de seguridad nacional no dejaron de aparecer continuamente en diarios como The Guardian, The New York Times, The Washington Post y la revista alemana Der Spiegel, entre otros. Programas de monitoreo y almacenamiento masivo de datos de usuarios de Internet quedaron al descubierto. También el espionaje de las comunicaciones de jefes de gobierno y de Estado de países amigos quedó al desnudo.
En Estados Unidos, el presidente Barack Obama se vio obligado a anunciar la reforma de la NSA. En Francia, el Senado creó una comisión de investigación. En Alemania, se constituyó una comisión de investigación en el Parlamento, mientras que la Fiscalía Federal abrió dos investigaciones relacionadas con las actividades de la NSA en este país, y otras podrían aparecer en los próximos meses. Por último, la Unión Europea está estudiando aprobar directivas comunes para la protección de los whistleblowers.
Quienes apoyan a Snowden en Europa acusan a sus gobiernos de aprovecharse de sus revelaciones, sin hacer nada para garantizarle a él más seguridad jurídica.
Quedarse en Rusia no es para Snowden la situación ideal. "Rusia no es el país donde quería vivir. Lo dijo personalmente, y también a través de otras personas", explicó a la nacion Wolfgang Kaleck, presidente del Centro Europeo de Derechos Humanos y Constitucionales con sede en Berlín (Ecchr, por sus siglas en inglés) y jefe del equipo de abogados europeos que asesoran a Snowden. En manos de Rusia a largo plazo, el ex empleado de la NSA se convertiría en una pelota de juego en las dinámicas geopolíticas entre EE.UU. y Moscú. "Sin embargo, consideramos que una prórroga de un año en su asilo ruso tendrá lugar sin problemas", añadió.
Aunque Snowden expresó su deseo de recibir acogida en algún país latinoamericano, en particular en Brasil, esto parece imposible. "Es suficiente con observar lo que está pasando con Julian Assange, quien está bloqueado en la embajada de Ecuador en Londres. O también lo que ocurrió el año pasado con el avión de Evo Morales. Sobrevolar Europa occidental sería para Snowden imposible", explica Sarah Harrison.
Las estrategias
A largo plazo, el objetivo de sus abogados es lograr la plena rehabilitación en EE.UU. y la cancelación de las acusaciones en su contra. "El modelo en el que se inspira la defensa de Snowden, y en general todas las defensas de los whistleblowers, es el de Daniel Ellsberg", añade Kaleck.
Ellsberg (nacido el 7 de abril de 1931) fue un ex analista de las fuerzas armadas de los Estados Unidos que filtró a The New York Times los llamados "Pentagon Papers", un estudio del Pentágono clasificado de alto secreto sobre la toma de decisiones en relación con la Guerra de Vietnam. Ellsberg fue enjuiciado y absuelto. Estaba acusado de robo y espionaje; sin embargo, ambas acusaciones cayeron al quedar demostrado que no había robado, sino copiado documentos y que había actuado por el interés común y no al servicio de otro país. Su filtración escribió la historia de la libertad de prensa en EE.UU. Las analogías con el caso de Ellsberg son más que evidentes, según Kaleck: "Creo que al día de hoy nadie tiene duda de que sus filtraciones han sido fundamentales", aseguró. Hoy, Ellsberg es miembro de la mesa de consultores de Courage.
Los abogados europeos trabajan para sondear las posibilidades de asilo, para estar preparados cuando se presente la posibilidad. Si, por ejemplo, las investigaciones en Alemania se traducen en acusaciones concretas y condenas, el país podría verse obligado a revisar su actitud hacia quien permitió que las actividades ilegales fueran descubiertas. Asimismo, muchos siguen pidiendo que Snowden sea invitado a Berlín para ser interrogado como testigo en una de las investigaciones abiertas. "Desde un punto de vista legal, sería posible -insiste Kaleck-. Sólo se tiene que producir un cambio en la voluntad política."