Coronavirus: Solidaridad de todos para fortalecer el sistema de salud
El gobierno de Alberto Fernández eleva constantemente el valor de la solidaridad, y propone que, en momentos de emergencia, los que más tienen ayuden a los que más lo necesitan. Sin lugar a dudas, es una máxima de absoluta nobleza, la sociedad debería funcionar bajo un esquema más solidario, aunque suene complicado, considerando que los argentinos hemos funcionado desde nuestros inicios valiéndonos del fraude, la trampa y el "sálvese quien pueda".
Suponiendo que se quiere de verdad que la solidaridad nos invada cuando más se la necesita, ¿podríamos afirmar que llegó el momento de ejercer dicha solidaridad? Parece que sí, el Presidente, con un apoyo constante de la oposición y los diferentes gobernadores, y la misma ciudadanía como puede, hoy desde los balcones o ventanas, piden mayor solidaridad.
Respecto a la salud pública ¿qué pasaría si los diputados, senadores, ministros, jueces, fiscales y demás magistrados, Vicepresidente y Presidente de la Nación y los más altos empresarios, donaran desde ahora mismo, un porcentaje considerable de sus ganancias, durante los meses que dure esta pandemia, para no solo incrementar los insumos sanitarios necesarios en hospitales que no cuentan con los materiales básicos, sino también para aumentar los sueldos de médicos, enfermeros y personal sanitario, que hoy están trabajando sin descanso para poder atendernos con absoluta generosidad?
Respecto a la salud privada, tal vez sería más que oportuna, una disposición que decrete que los más altos empresarios de la medicina privada utilicen un porcentaje de los abonos que cobran mes a mes a sus afiliados, para incrementar también los insumos necesarios e insuficientes en los diferentes sanatorios de la Argentina, al mismo tiempo que aumenten los sueldos de sus médicos, enfermeros y personal sanitario. Dichos empresarios obtendrían menos beneficios por unos meses, pero salvarían vidas, que es el hipotético propósito de sus empresas de salud.
Sin duda, y es justo destacar, que en esta lucha que se libra contra el coronavirus, el Presidente junto a los principales dirigentes oficialistas y opositores, cumplieron con una tarea inmensa durante las últimas semanas, y así dejaron de lado enfrentamientos del pasado, trabajaron en conjunto, y dictaminaron reglas y prohibiciones de emergencia que hoy nos ubican en una situación bien diferente a la de aquellos países que continuaron con sus vidas sin cambio alguno. A esta altura, pocos pueden dudar, que para evitar que los contagios proliferen a una velocidad mayor que la capacidad de atención que hoy ofrece el sistema de salud argentino, el aislamiento social es imprescindible. Pero al aislamiento no puede ser eterno, y si lo es, en poco tiempo, la mayoría de las familias argentinas morirán también, de hambre.
Agradecer a una dirigencia política, que unida, se puso a trabajar a todo terreno para enfrentar este impostergable flagelo; aplaudir a médicos y enfermeros que se exponen hidalgamente para salvar nuestras vidas, y entender a la mayoría de los ciudadanos que comprenden que el aislamiento puede salvar a muchísimas personas. Pero, si no se articula con el reforzamiento inmediato de nuestro sistema sanitario no podremos salir erguidos de esta pandemia, porque el trabajo debe continuar junto a millones de tests de diagnóstico temprano al alcance de todos, y hospitales y sanatorios que puedan atendernos en tiempo y forma, con médicos también reconocidos más allá de los aplausos nocturnos. Todo esto puede reconocerse al mismo tiempo, mientras seguimos aspirando que llegue rápidamente la necesaria solidaridad de aquellos que más tienen (del sector público y privado), para poder fortalecer nuestro sistema sanitario ya.
Politóloga y Profesora (UBA)