Coronavirus: el futuro está en los pueblos
La fragilidad de las grandes ciudades como proveedoras de servicios básicos -tales como seguridad, transporte, educación, salud-, generación de oportunidades y cuidado del ambiente ya existía desde antes del Covid-19. Sin embargo, es ahora, frente a esta crisis de dimensiones impensadas, que la tendencia creciente a la urbanización se pone en tela de juicio y la alternativa de vida y de desarrollo que ofrecen los pueblos rurales comienza a visibilizarse. Siempre estuvo ahí, pero la narrativa instalada la menospreciaba, sentenciando a los pueblos al abandono.
Nos convencimos -o nos convencieron- de que las grandes ciudades son las únicas que ofrecen oportunidades de crecimiento y desarrollo. Una paradoja, si se considera que es donde se encuentran los principales bolsones de pobreza, falta de empleo, barrios marginados, carentes de servicios básicos y las estadísticas más altas de inseguridad.
Paralelamente, en las últimas décadas, los pueblos se fueron vaciando por falta de políticaslocales y de inversión en infraestructura y servicios.
Para detener esta descontrolada expansión de las ciudades y equilibrar la balanza poblacional, en 2016, iniciamos una prueba piloto en Colonia Belgrano, Santa Fe, un pueblo de 1300 habitantes. Elegimos a la Argentina por ser el país que, en ese momento, lideraba el ranking de urbanización, con 92% de la población viviendo en ciudades. Contamos para ello con el apoyo de la Embajada de Suiza, el gobierno de la provincia de Santa Fe y la sociedad civil.
Tres años después, Colonia Belgrano había crecido un 10% en cantidad de habitantes, gracias al trabajo que se hizo para integrar a 15 familias que se anotaron para participar del programa "Bienvenidos a mi Pueblo" y que fueron seleccionadas entre 20.000 postulantes.
En el marco del programa, estas familias emprendedoras -que vivían en Rosario y en Santa Fe capital- fueron capacitadas para fortalecer sus habilidades y generaron 20 nuevos emprendimientos en la localidad y el empleo creció en 15%.
"Las comunidades rurales quieren y pueden crecer", como afirmó a los medios Javier Bosio, el presidente comunal de Colonia Belgrano, en 2016. "La visibilidad de las oportunidades que este programa llevó adelante, trajo a nuestro pueblo un impulso que no podríamos haber logrado solos, incluso en 20 años", afirmó hace unas semanas en un programa de TV.
Al mismo tiempo, Victoria Úbeda, una de las nuevas vecinas de Colonia Belgrano, gracias al programa Bienvenidos a mi Pueblo, dijo a un canal de TV: "Estamos atrapados en las grandes ciudades y no podemos ver una salida. Cuando estás desesperado seguís una tendencia. Mi familia se mudó a la ciudad en busca de una mejor oportunidad, pero no encontramos ninguna. Ahora estoy feliz aquí, en el pueblo: crecí como persona, mis hijos son libres, cada mañana abro la ventana, siento el viento en mi cara y veo la naturaleza".
Hay un velo grande en las bondades de la urbanización que oculta una demanda insatisfecha que está buscando canalizar su voz, desde hace años, y pide a gritos la inversión en recursos para permitir a los pueblos crecer y recibir a personas que re-migren hacia ellos para vivir en comunidad, cerca de la naturaleza.
Naturaleza a la cual las ciudades le dan la espalda ya que, según datos de la ONU Hábitat, las urbes solo ocupan el 2% del total de la superficie del planeta, pero consumen el 80% de la energía global, son responsables del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero y del 70% de los residuos que se generan globalmente. Aun así, se sigue proponiendo desde ese ámbito inversiones de más de 12 ceros en "ciudades inteligentes".
Vemos que a partir de la expansión del Covid-19 ya no se ve a las grandes urbes con los mismos ojos. Lo demuestra el mercado inmobiliario, que empezó a registrar el gran interés de la gente por alejarse de las zonas más densificadas, previendo que esta pandemia durará mucho tiempo. Pero más allá del mercado inmobiliario, desde ES VICIS, ya identificábamos este deseo de miles de familias que dejan sus mensajes en nuestras páginas de Facebook y websites. Y no ahora, sino desde 2016, cuando comunicamos nuestra iniciativa. También antes de la pandemia, ya se manifestaban cientos de pueblos rurales que necesitan y reclaman inversiones. Un ejemplo de ese descontento en Europa es el movimiento "La España vaciada".
"La gente vive donde puede, no donde quiere". Esta es una conclusión que sacamos a partir del trabajo social que realizamos como antecedente del programa de re-migración, repoblación y visibilización de comunidades rurales. Hoy, ES VICIS está en una etapa de escala en diferentes países del mundo. En este momento, en la Argentina, está trabajando para poder alcanzar la cooperación público-privada necesaria para llevar adelante este plan.
Proponemos analizar la realidad, sin velos: a partir del cambio estructural en las zonas rurales, como resultado del avance tecnológico, no existe una solución o respuesta local que permita a la población permanecer en sus lugares de origen. Esto es un fenómeno a nivel mundial. Consecuentemente, las familias se ven obligadas a emigrar a ciudades porque es ahí donde se cree que está la solución. Sin embargo, a menudo no pueden encontrar un futuro mejor.
Hoy debemos rescatar el sentido común, que indica que, sin atender la situación donde se origina el problema, la tendencia migratoria es forzada. Al no invertir en la causa, la consecuencia es lo que vemos: se excede la capacidad de las ciudades que están superpobladas y se genera marginación. Esto caerá, como caerá el pronóstico de la ONU, que consideraba irreversible la tendencia migratoria en aumento hacia las ciudades. Porque llegó la pandemia.
Es necesario seguir hablando de esto. La palabra, la tecnología y las inversiones son necesarias para equilibrar la balanza. El futuro está en los pueblos, en la planificación de regiones rurales para brindar a la humanidad que las habite una infraestructura adecuada.
El futuro de la humanidad está en el 98% de la superficie del planeta, cuidando los impactos ambientales y respetando a la naturaleza.
La autora es fundadora y directora ejecutiva de la Fundación ES VICIS y directora del programa "Bienvenidos a Mi Pueblo".