Coronavirus en la Argentina: “Tengo una pequeña disidencia con mis colegas. Creo que hay que testear más”, dice el infectólogo Eduardo López
A pesar del feriado de Pascuas, el infectólogo del Hospital Ricardo Gutiérrez y miembro del comité de expertos que asesora al Poder Ejecutivo, Eduardo López, apenas tiene unos minutos entre dos videoconferencias para hablar sobre el panorama actual y los próximos pasos en materia de control del brote de Covid-19 en el país.
¬¿Cómo ve la situación?
–Se prolonga la cuarentena hasta el 26 de abril, prácticamente igual que ahora. Puede haber pequeñas flexibilizaciones, pero la idea es que se mantenga lo más estricta posible hasta el 26 inclusive.
–¿Cuál es su evaluación acerca de la curva de nuevos casos?
–Viene creciendo muy suavemente, casi aplanada, con un porcentaje de positivos que está todos los días entre el 13 y el 15% de los tests totales. Es más bien bajo, pero yo ahí tengo una pequeña discrepancia con los colegas acerca de que puede estar dando este porcentaje porque se testea poco, porque muchos casos leves por ahí no se testean. El éxito de la cuarentena, que es evidente, de eso no hay ninguna duda, podría complementarse bien si se analizaran más casos.
–¿Para usted, cómo habría que testear? ¿A quiénes?
–Acá se testea a los sintomáticos, pero que requieren fiebre como primer síntoma, fiebre más algo más. Yo creo que la fiebre es un dato más, porque no está presente en el 100% de los casos como primer síntoma, solo aparece en el 50%, y después a las 24 o 48 horas. Entonces, por ahí, un individuo que tiene tos, si no tenemos facilidad para el testeo, pasa desapercibido. Si usted analiza tanto en adultos como en chicos los porcentajes de fiebre, al comienzo solo está presente en el 40% de los casos, en el 40% la primera señal es tos… Habría que considerar "sospechosos" a aquellos que tienen síntomas respiratorios. Que obviamente es la única manera de poder detectar a estos individuos. Ahora, usted va a decir: ¿si tenemos tan pocos positivos vamos a gastar un montón de tests? Pero si queremos disminuir al máximo posible la circulación del virus en la comunidad, tengo que detectar a estos individuos para aislarlos y evitar que contagien.
–¿Y los asintomáticos?
–Es muy difícil testearlos, porque ¿a quién testeo, a mi tía, a usted?
–Algunos dicen que sería bueno testear al personal de salud…
–Ese es otro tema. Porque son personas que están permanentemente en riesgo.
–¿Y, por ejemplo, a los cajeros de supermercado?
–No, eso no me parece. Me parece que es demasiado. No son personas de riesgo.
–Según su opinión, ¿si en esta semana o en los días que faltan se empieza a testear más, estaríamos más seguros para ir saliendo de la cuarentena?
–Los países que tratan de bloquear esto de forma intensa son los que más testean. La Argentina, entre los países de América, está un poco más abajo de la mitad. Está por encima de Brasil y de Colombia, y por debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica, Panamá.
–¿Cómo piensa que habría que salir de la cuarentena?
–Lo que se está haciendo está bien. Mi único pequeño aporte sería que hay que testear más. Y cuando uno sale, ir flexibilizándola suavemente, quizás por jurisdicción. Y tal vez, algunos pueden flexibilizarse antes que otros. Mi idea es que los mayores de 65 años deberían seguir, lo mismo que el ciclo lectivo en los tres niveles. Lo últimos que habría que permitir serían los eventos o espectáculos que agrupen gran cantidad de población, incluidos los casamientos y los cumpleaños. Y después queda el transporte: hay que ser muy cautos porque producen mucha aglomeración.
–En esa situación, ¿sirven los barbijos caseros?
–Yo creo que sí. El CDC (Centros de Control Epidemiológico de los Estados Unidos) hizo algunos estudios que muestran que sí. No se le puede prohibir a la gente que los use, y que los preparen como le parezca mejor. Los europeos lo utilizan. La OMS dicen no, pero sí. Por lo tanto, creo que hay que dejar que la gente los use y hay que decirles que el barbijo no es ni 100% eficaz ni 100% ineficaz. No desplazan el distanciamiento, ni lavarse las manos, ni las otras medidas de higiene. Las medidas más importantes son esas.