Convención Nacional de la UCR: cohesión y convicción
Mañana se renovarán las autoridades de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), en la ciudad de La Plata. La Convención se ocupa de sancionar el programa en cada período presidencial, establecer la política de alianzas electorales del partido, y de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2023 se encargará de definir la estrategia electoral de la UCR. En caso de que no existan PASO, también podrá elegir la fórmula presidencial.
A pesar de las diferencias que existen dentro del partido centenario, propias de una república, de ese valioso esquema socialdemócrata que Mauricio Macri manifiesta que debe desterrarse, cuando los disensos se transforman en nuevos consensos podemos decir que la república late. Y si la república late el radicalismo goza de buena salud, o la república late cuando el radicalismo goza de buena salud. Pura dialéctica histórica. Hace 106 años que la UCR logró vencer a las urnas a los conservadores en el poder, y desde aquel momento, con luces y sombras en un zigzagueante y prolongado camino, supo mantener las bases que al día de hoy la distinguen del resto de las fuerzas que constituyen el mapa político partidario en la Argentina.
Así, y luego de coyunturas adversas y accidentales enfrentamientos entre sectores boinas blancas, el partido logró, una y otra vez, anteponer el saber radical. Porque ser radical no es cuestión de corazón sino de razón, la razón que enaltece la educación, los valores culturales, cosmopolitas, laicos, de ascenso social, de las instituciones de la república.
Facundo Manes hace un tiempo nos explicaba como un trazo fino unía a los radicales y un trazo grueso probablemente unía a Juntos por el Cambio. Tal vez hoy la observación del diputado y eminente neurocientífico pueda reformularse, ya que el trazo fino a veces pudo enfrentar momentáneamente a los radicales, pero el trazo grueso los vuelve a reunir una y otra vez.
Respecto a Juntos por el Cambio, apelar a los dichos del periodista Fernando Laborda parece ser sumamente atinado, dada la coyuntura donde en un trazo fino o grueso se observan posiciones contrapuestas en la coalición. Laborda manifestaba días atrás: ”es probable que el antikirchnerismo no sea suficiente razón para mantener la cohesión de Juntos por el Cambio y que sus dirigentes se deban un urgente debate sobre el rol del Estado y el modelo económico para superar la crisis, antes de avanzar en las candidaturas”.
Habrá que ver cómo se dirimen diferencias de base dentro de la coalición opositora, de cara a una elección donde la coalición oficialista está desencajada y con mínimas chances de vencer en 2023.
En cuanto a la Unión Cívica Radical, así como presenciamos un quiebre transitorio del bloque de la UCR a fines del año pasado entre el sector mayoritario de radicalismo y Evolución, pudimos también presenciar que el partido luego logró la unidad en el Comité Nacional. Fue así que Gerardo Morales se consagró como presidente y Martín Lousteau como vicepresidente del partido.
Ahora se elegirán las nuevas autoridades de la Convención Nacional y la UCR estaría sellando una lista de unidad. El objetivo del radicalismo parece querer replicar el acuerdo logrado entre Morales y Lousteau; así los candidatos para la Convención Nacional, Gastón Manes, apoyado por el ala mayoritaria del partido y Hernán Rossi, integrante de Evolución, estarían ultimando detalles para encolumnarse detrás de la figura de Gastón Manes.
¿La cohesión del partido radical es síntoma de un diagnóstico que reafirma el fortalecimiento del partido? ¿caben dudas? Los radicales se encuentran unidos, preparados para elegir al nuevo presidente de la Convención Nacional, y se encuentran unidos, preparados para organizar la candidatura presidencial para 2023.
El radicalismo recibió infinidad de mensajes y metamensajes por parte de su socio mayoritario, el Pro, hoy fragmentando entre un ideario más macrista y más larretista. Mauricio Macri manifiesta abiertamente no acordar con el “modelo socialdemócrata radical” y continúa acercando posiciones con el libertario Javier Milei, quien manifiesta despreciar al radicalismo. Horacio Rodríguez Larreta demostró y manifestó abiertamente en las últimas elecciones legislativas que codicia con avidez que “el Pro siga siendo el tronco de la coalición”, mientras atrajo a sus filas a un halcón de los más duros, Jorge Macri, para intentar lograr tal objetivo.
El radicalismo por momentos se dispersa, duda, discute, pero vuelve a recordar quién es, el partido centenario a partir del cual se logró democratizar la política en 1916, el partido político a partir del cual retornamos a la democracia en 1983, el partido político que comparte un trazo grueso desde su misma creación, en 1891. El radicalismo contará desde el próximo 27 de mayo con nuevas autoridades en la Convención Nacional, y se alista, para, unido y en base a sus históricas convicciones, marcar su hoja de ruta de cara a 2023 y más allá…
Politóloga y Profesora (UBA)